José Rodríguez Cámara
El cerro de Piquía, en Arjona, va camino de convertirse en uno de los principales yacimientos íberos de la provincia jiennense. Investigadores de la Universidad de Jaén han descubierto piezas de gran relevancia. El más importante de estos restos arqueológicos es la Caja de los Guerreros.
El yacimiento iberomano de Piquía, en Arjona, en el que se trabaja desde hace meses, es uno de los más importantes de la provincia. Eso es decir mucho en una tierra que es uno de los principales referentes para el estudio de esta cultura, de la que se tienen las primeras noticias en el siglo VII antes de Cristo y que llega a mantenerse hasta los primeros días del Imperio Romano. Por el momento, nada ha trascendido oficialmente sobre la excavación —los detalles del trabajo en este paraje se conocerán, el lunes, en el Museo Provincial—. Sin embargo, este periódico pudo saber que los arqueólogos del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, que son los encargados de esta intervención, han encontrado una gran cantidad de piezas de gran valor en esta cata. Entre los objetos más destacados está la llamada Caja de los Guerreros de Arjona, que no tiene parangón entre los muchos vestigios que los Íberos dejaron en tierras jiennenses.El arca, como se explicó a este periódico, recibe el evocador nombre porque sus lados están adornados con figuras. Está previsto que, ya de manera oficial, se desvelen más detalles de lo encontrado y de los trabajos realizados en “Piquía”, el lunes, en una rueda de prensa. Las cautelas que han acompañado a estos trabajos arqueológicos están motivadas por la importancia del sitio y por el temor a que sea objeto de los expoliadores que, como conocen los expertos en la materia, trabajan sobre todo en los municipios de las campiñas jiennense y cordobesa, donde está ubicada Arjona. Para prevenir cualquier incursión en este lugar, la Guardia Civil vigila el emplazamiento día y noche. Además, el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica cuenta con la colaboración de otras instituciones, como el Ayuntamiento arjonero, que también se mostró muy precavido.
A pesar de ello, la noticia de que se habían encontrado importantes restos arqueológicos en Arjona sí había saltado a la luz pública. Uno de los arjoneros más ilustres, el novelista Juan Eslava Galán, que siempre que tiene la oportunidad hace gala de su gran apego al municipio, lo llegó a comentar durante la presentación de su última obra “Rey Lobo”, en la que rescata a los íberos.
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