Publicado en Infobierzo
Diego Fernández
Más de 20 enterramientos han sido encontrados rodeando el templo, algunos del s.XI. En el propio interior de la ermita se han hallado seis, aunque todo indica que bajo la superficie la nave central y el ábside se extienden nuevos sepulcros de estos antepasados de la desaparecida aldea de San Salvador.
En el mes de marzo, Infobierzo.com daba cuenta del hallazgo de esta reliquia mozárabe del s.X, y ahora, seis meses después del comienzo de los trabajos de recuperación, este diario retoma la narración de las últimas investigaciones, en la jornada en que concluye la segunda fase del proyecto que dirige el arqueólogo Rodrigo Garnelo. Las prospecciones se retomarán a comienzos de 2009, en una tercera fase. Y es que varias sorpresas en esta segunda fase motivan a los arqueólogos, como el hallazgo de enterramientos del s.XI en el interior del templo.
Además, se han descubierto varias peculiaridades arquitectónicas que han permitido conocer mejor el aspecto pasado de la ermita de la desaparecida aldea medieval de San Salvador, en las inmediaciones de lo que hoy es Toral de Merayo.La nave central, en contra de lo que se intuía con los resultados de la primera fase, no se componía de una techumbre de doble vertiente cubierta de teja. El hallazgo de un muro de carga de 30cm. bajo el suelo, hace pensar a Rodrigo Garnelo en un techo en forma de bóveda, por lo que la nave central se compondría en forma de cañón abovedado, un aspecto curioso en construcciones de este tipo. En cualquier caso, la techumbre que responde a este prototipo pudo construirse en la gran reforma que sufrió la ermita en el románico. Es más, los trabajos de esta segunda fase confirman que el aspecto original mozárabe reducía la nave del templo más de 2 metros, siendo la continuación de esta galería un añadido románico. Precisamente la prolongación viene marcada por el muro de carga descubierto bajo la superficie original, hecho que evidencia la ampliación y la existencia de una techumbre de tipo abovedado, necesitada de este elemento de sujeción. La reforma románica dividió también en dos alturas o desniveles la nave interior, desde este muro.
En este sentido, otro aspecto ha quedado claro, con la excavación de 40 cm. más en el interior, se ha sacado a la luz el suelo original, mucho más compacto que el extraído de las capas superiores, fruto del derrumbe del templo. La sorpresa llegó cuando las prospecciones en el ábside revelaron la existencia de enterramientos, muchos de ellos coetáneos al siglo de construcción de esta reliquia. La continuación de las excavaciones mostró varios sepulcros más en la nave.Aunque esperado, porque este hecho se repite en templos de esta época medieval, no dejó de sorprender a los arqueólogos. Si bien era esperado encontrar una necrópolis de los habitantes de San Salvador en las inmediaciones de la ermita, no estaba tan claro que el interior fuera a albergar restos tan antiguos, según explicaba Rodrigo Garnelo.Pero sin abandonar el interior, se han encontrado restos de piedra granítica, extraída de Montearenas, así como piedra toba, de la cual se desconoce todavía su procedencia, ya que no es común en la Comarca. Esta piedra se elegía por su ligereza a la hora de componer bóvedas y techos.
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