Publicado en Ecodiario
La historiadora de la Universidad de Cantabria Begoña Alonso y el maestro mayor de la Catedral de Sevilla y arquitecto, Alfonso Jiménez, han publicado un libro en el que reconstruye, el hallazgo y el posterior estudio del plano completo de la planta de la Catedral de Sevilla, encontrado el pasado año por la historiadora de la UC en el convento de Bidaurreta, en la localidad guipuzcoana de Oñate.
En rueda de prensa, al presentar hoy el libro, su descubridora explicó que se trata de "un tesoro" y el maestro mayor de la Catedral de Sevilla consideró que es "un milagro absoluto", dado el excelente grado de conservación del documento y su carácter único.
Según dicen, es el dibujo más antiguo que existe de la planta de este edificio monumental y "no tiene comparación con nada", ya que tras las investigaciones realizadas han constatado que existen "como mucho unos diez planos de planta en 1.500 años de historia --romanos, visigodos, musulmanes, medievales--", de los cuales, "algunos son dibujos muy malos".
"Como éste no hay ninguno, por la conservación y el grado de detalle", explicó el arquitecto, quien agregó que en Europa, sólo la catedral de Milán cuenta con un plano en planta de esta época --de alzado son más habituales-- y "es un dibujo bastante malo".
Al descubrirlo, Alonso y Jiménez ya supieron que estaban ante algo grande y, casi un año después, presentan un libro en el que reconstruyen su hallazgo y el trabajo realizado para contextualizarlo. 'La traça de la iglesia de Sevilla', editado por el Cabildo Metropolitano de la ciudad andaluza, explica la investigación sistemática que han realizado ambos, el arquitecto revisando toda la documentación que existe sobre la catedral y la historiadora siguiendo los pasos de los arquitectos tardogóticos, su especialidad.
Fruto de ese trabajo, "analizando la traza y a los maestros que trabajaron en la construcción de este templo" han podido "despejar varias incógnitas", tal como comentó Begoña Alonso.
El plano está dibujado sobre papel italiano hecho entre los años 1430 y 1500, y el trazado arquitectónico es anterior a 1496. "No se trata de un plano original, porque lo normal es que los originales se hicieran sobre pergamino y no sobre papel, que es menos resistente, pero sí podemos decir que la información que contiene es del comienzo, de cuando la catedral se estaba construyendo", aseguró Alfonso Jiménez.
Según el arquitecto, se trata de una "copia de seguridad". "Por precaución, en la obra de esta catedral tenían técnicos de más por si pasaba algo y se quedaban, por ejemplo, sin un aparejador que supiera cómo seguía la construcción. Es lógico pensar que también tuvieran esa prudencia con los planos y además sabemos que hubo más copias posteriores", apuntó.
CAMBIOS EN LA OBRA
Este 'back-up' medieval refleja el primer diseño del templo, un diseño en el cual, al igual que se ha visto en planos posteriores como el que se conserva en la Galería de los Uffizi, en Florencia, "la Giralda estaba condenada a muerte". "No se contemplaba en el dibujo, con lo cual deducimos que planeaban tirarla, aunque luego fuera indultada", dijo Jiménez, antiguo profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la capital hispalense.
Otros detalles que analizan los autores en el libro son los letreros que acompañan a la traza de pilares y capillas, unas líneas manuscritas que plasman todas las medidas necesarias para construir la catedral "y las que se refieren a la planta son exactas".
También hay letreros que indican las alturas, pero sobre esto se improvisó. En palabras de Jiménez, "con la planta no tuvieron problema, pero a medida que fueron levantando el templo debieron ver la dificultad de seguir ganando altura y recortaron la idea inicial", apunta Jiménez.
El arquitecto cree que la razón de este cambio de planes podría ser el arduo trabajo que suponía llevar a Sevilla los materiales necesarios para construir una catedral: no tanto la madera, que se bajaba sin grandes dificultades por el Guadalquivir, como la piedra, que debía remontar el río a lo largo de cientos de kilómetros desde las canteras de Cádiz.
Otra de las preguntas que planteaba esta historia era por qué se conservaba un plano de la catedral de Sevilla en un convento vasco. Begoña Alonso ha unido los hilos de la historia y la clave está en Juan López de Lazarraga, que trabajó en el templo hispalense en 1499 y que fue el promotor de la obra de Bidaurreta.
No es la primera vez que Begoña Alonso y Alfonso Jiménez trabajaban codo con codo para estudiar la arquitectura medieval, ni se acabará aquí su labor de análisis de la traza de Sevilla, ya que consideran que el plano todavía puede dar mucho de sí.
En el camino recorrido hasta ahora, los investigadores han contado con el apoyo de muchas personas e instituciones a las que agradecen el respaldo, entre ellas la Universidad de Cantabria y su vicerrectorado de Investigación y Transferencia del Conocimiento, encabezado por José Carlos Gómez Sal.Puedes leer la noticia del hallazgo en El País
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