11 septiembre 2008

Julio Navarro pone en cuestión la idea de desorden en el urbanismo islámico

Publicado en El Pueblo de Ceuta

El profesor de la Escuela de Estudios Árabes sostiene que “el precepto religioso dio lugar a que en la medina se produjera una concentración de fieles en torno a la mezquita

El arqueólogo y profesor de la Escuela de Estudios Árabes (CSIC) Julio Navarro puso ayer en cuestión la idea de desorden en el urbanismo islámico que nos ha llegado. De hecho, según el especialista que imparte uno de los Cursos de Verano de la Universidad de Granada en Ceuta “en todo urbanismo existe un orden”, si bien, “en el caso del islamismo se trata de un urbanismo saturado e irregular, pero no desordenado ni caótico”. Así, Navarro tiene la teoría de que el precepto religioso dio lugar a la característica imagen de la ciudad árabe por la concentración de fieles en torno a la mezquita.

“Pretendo cuestionar esa imagen de desorden que nos ha llegado del urbanismo islámico”, señaló ayer el profesor del CSIC, debido a que había que adscribir la ciudad árabe a una determinada categoria para facilitar así su comparación con la ciudad occidental.

En la actualidad, explico Julio Navarro, quien pasó veinte años de su carrera dirigiendo a un equipo de arqueólogos que sacó a la luz restos de la antigua ciudad islámica en Granada, “se viene conociendo mejor el aspecto de las ciudades islámicas tempranas y las pautas que dieron lugar a su evolución hasta convertirse en las medinas tradicionales que conocieron los primeros orientalistas”.

“Es un prejuicio decir que la medina es un desorden, porque hay muchas maneras de ordenar el espacio y siempre que se urbaniza, lógicamente, existe un objetivo”, manifestó el profesor del curso de la Universidad de Granada. Asimismo, Navarro negó la teoría que cuestiona la existencia misma del urbanismo islámico.

Así, el arqueólogo señala que muchos compañeros “no han reparado en que el precepto religioso que obligaba a acudir a la mezquita todos los viernes terminó teniendo unas consecuencias urbanísticas que permiten afirmar que si existen rasgos específicos en las medinas medievales”.

“Esta práctica religiosa inexistente en el Cristianismo” indicó, pues reparte a sus fieles entre más parroquias, “dio lugar a que en el centro de la ciudad se produjera una periódica concentración de todos los files que vivían dentro y fuera de las murallas”.

Navarro enumeró tres tipos de transformaciones que tuvieron lugar en torno a la mezquita conforme el número de musulmanes se elevaba: la concentración de establecimientos comerciales en torno a la mezquita; el desarrollo y creación de una red de calles que unía la mezquita con las puertas de la muralla y los caminos principales co el fin de hacer posible el acceso al centro de la ciudad de toda la comunidad en un corto espacio de tiempo; y el desarrollo inusitado de los zocos lineales a ambos lados de dichas arterias.

De esta forma, el arqueólogo otorga mayor significado urbanístico a la mezquita que a la catedral

Asimismo, para Navarro “en las medinas de fundación isámica la construcción de la primera cerca es un momento clave, puesto que constituye la xpresión de una decisión socio-política que implica unas previsiones de crecimiento futuro”.

“El estudio de estos primeros recintos es de gran ayuda para comprender las pautas de este proceso, pero por desgracia apenas nos ha llegado información al respecto”, concluyo Julio Navarro.

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