Pedro Espinosa
Sólo en el primer sondeo ya salieron los primeros restos fenicios. El hallazgo en el cerro del Castillo supuso una revolución en Chiclana (Cádiz) puesto que la aparición de unas murallas y restos de viviendas, además de 10.000 piezas, retrotraían el origen de la ciudad hace 3.000 años, cuando se pensaba que sólo tenía siete siglos. La celebración arqueológica fue la pesadilla para la empresa propietaria de los suelos, que iba a levantar varios bloques de viviendas. Ahora pide un millón de euros para la cesión del solar donde permanecen los restos más valiosos. El Ayuntamiento ya ha pedido la declaración de la zona como Bien de Interés Cultural (BIC), aspiración con la que pretende que la promotora de las obras pierda competencias sobre ese suelo.
La petición municipal llegó a la Delegación de Cultura de la Junta hace unos días. Según el edil de Cultura, Nicolás Aragón, la solicitud viene avalada con la firma del alcalde, Ernesto Marín, y dos "sólidos" informes. Uno arqueológico y otro de conservación. El arqueológico detalla minuciosamente el enorme potencial del yacimiento. En el solar de más 4.000 metros cuadrados ha salido a la luz un asentamiento amurallado de época turdetana data en el siglo VII antes de Cristo. "Todo apunta a que estuvo habitado desde la Prehistoria reciente, al menos desde el Bronce final", reza el documento, supervisado ya por los arqueólogos de la Consejería de Cultura. Está construido con piedras procedentes de la costa distribuidas en un esquema oriental similar al de otras ciudades como Jericó o Doña Blanca, en El Puerto de Santa María.
A raíz de este detallado informe, el Ayuntamiento propone en otro documento medidas de choque para conservar el yacimiento. "Es un terreno blando, donde existe mucha facilidad para que crezcan malas hierbas y se degrade", una alerta que, según Nicolás Aragón, debería acelerar la protección oficial. El Consistorio propone la cubrición del material con cristal para hacerlo visitable.
La empresa promotora está esperando. Desde que en septiembre de 2006, cuando se hallaron los restos, tuvo que parar la obra en ese solar y modificar su proyecto inicial, aguarda una decisión definitiva. Ha propuesto, mientras tanto, construir un aparcamiento en superficie sobre los restos fenicios que ahora permanecen tapados con tierra. "No es lo adecuado porque es un suelo blando y los restos podrían sufrir", desaconseja Paloma Bueno, la arqueóloga responsable de la investigación. Ella tampoco comparte la valoración económica de un millón de euros realizada por la empresa como contraprestación a ceder la parcela. "Es una cantidad excesiva. Pretende pagar todos los retrasos y cambios en el proyecto a costa del Ayuntamiento", considera. La declaración de BIC, en caso de ser aprobada, obligará que cualquier proyecto que se realice en el solar y su entorno, tenga que ser aprobado por Cultura. Pero no eximirá al Consistorio de pagar por la expropiación de esos terrenos. "No hay un conflicto con la empresa. Lo que hay son negociaciones", se justifica el concejal.
En el laboratorio de Paloma Bueno existen más de 10.000 piezas inventariadas extraídas de este yacimiento, 8.000 son del Bronce final y de época fenicia. "Lo extraordinario de este lugar es lo bien conservado que está", argumenta la arqueóloga.
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