D. Barbuzano
Las ruinas de San Agustín serán convertidas en un importante espacio cultural, como se informó en su día, pero antes se llevará a cabo una excavación arqueológica para conocer mejor la población del siglo XVIII y recuperar vestigios del primer templo, que datan aproximadamente de 1530.
Esta actuación es importante para que no pasen hechos como el del 22 de marzo de 1985, del que se hizo eco este periódico en su portada. Lo que ocurrió fue que, sin asesoramiento previo, una pala mecánica procedió a la limpieza de los escombros, destruyendo las losas de mármol de los enterramientos, entre las que figuraba la de Fernando de Nava y Grimón. Se descubrió, además, que los restos del historiador Núñez de la Peña habían sido robados.
Puestos en contacto con el arqueólogo Francisco Javier de la Rosa Arrocha, manifestó que realizar una excavación en San Agustín es importante y que el que la haga deberá limpiar la superficie por si hubiera restos de material de la iglesia reducida a cenizas por un incendio en 1964, como alguna joya. Luego -explicó- "habría que hacer una excavación como en las capillas o a los pies de la iglesia".
Valoró la importancia de la excavación por tratarse de una iglesia de un convento, que no fue parroquia, que tiene un estilo arquitectónico determinado y es muy querida por los laguneros y en cuyo subsuelo hay enterradas familias completas que aportarán información para conocer mejor la población que vivió en La Laguna en siglo XVIII.
En el proceso de la excavación podrían aparecer, y a ello debe ir encaminado el trabajo según Francisco Javier de la Rosa, vestigios de la primera iglesia de San Agustín, como cimientos, restos de capillas, muros o pavimentos. "Se podría replantear incluso -añadió- la evolución arquitectónica de la iglesia a lo largo de los años".
Los enterramientos
En la iglesia de San Agustín hay numerosas sepulturas de personas y familias nobles e importantes de la ciudad, la primera de las cuales fue la del regidor Jerónimo de Valdés, primo de uno de los fundadores del convento de San Agustín, que escogió para ser enterrado la capilla que existía en 1530 y que luego pasó a la capilla mayor.
En 1591, Pedro Huesterlin fue enterrado en la capilla de la Santa Vera Cruz, mientras que la capilla de Santa María de Los Remedios fue escogida para el descanso de los restos de Fernando Llerena y su familia. Los Grimón y Nava Grimón recibieron sepultura en la capilla de San Jorge, mientras que los marqueses de Villanueva del Prado fueron enterrados en la sepultura ubicada en la bóveda detrás del altar de la iglesia, según destaca el historiador Alejandro Cioranescu.
Delante del altar y a su derecha fueron enterrados los patronos de la iglesia Pedro Lobo y su mujer, María Masuelas, y al otro lado, se localiza la sepultura de Fernando de Nava Grimón y del Hoyo y su mujer, María de la Concepción Salazar y Chirino.
Con toda seguridad, como ocurrió en la realizada en la iglesia de La Concepción, la excavación de la iglesia de San Agustín aportará datos interesantes sobre vestimentas utilizadas en el siglo XVIII o elementos arquitectónicos desconocidos. Un material interesante que podría ser expuesto en el futuro en un museo sobre el pasado histórico de La Laguna.
La excavación, como afirman algunos estudiosos, es la mejor forma para conocer de primera mano, y no a través de fuentes escritas, formas de vida y de construcción que sólo con su rescate y observación podrán ser valoradas como se merecen, y que enriquecerán el acontecer histórico y social de La Laguna.
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