Publicao en Diario de Cádiz
Pilar Vera
Los arqueólogos estiman una cota máxima que puede oscilar entre los 300.000 y los 225.000 años · La prospección, que comenzará en septiembre, estudiará restos líticos, vegetales y estructuras
Es decir, cotas que podrían rozar los 300.000 años: "Estamos hablando -continúa José Ramos- del Pleistoceno Medio, del Cuaternario Medio, caracterizado en la zona por un clima suave y con mucha vegetación".
Las excavaciones -que podrían alargarse durante gran parte del mes de octubre- abarcarán varios niveles del Abrigo e intentarán confirmar la datación de los tres estratos más bajos, por formato y orientación de secuencia. "Queremos estudiar la tecnología lítica -explica Ramos-, el depósito arqueológico de piedras talladas, las evidencias de fuego, vegetación y estructuras".
El especialista comenta que los habitantes del Abrigo eran claramente cazadores: "Ignacio Clemente, compañero del CSIC -prosigue- está realizando el estudio de la funcionalidad de las piedras del sitio. Algunas de ellas, es seguro que sirvieron para cortar carne". Aunque se ha podido identificar que los pobladores consumían tanto animales herbívoros como carnívoros, aún no se puede precisar con exactitud las especies "porque gran parte de la fauna encontrada es fracturada, lo que indica, además, que fue consumida en el sitio", continúa José Ramos, citando datos aportados por Carlos Díez -miembro del yacimiento de Atapuerca- y Alfonso Arribas, del Museo Geominero.
Apunta Ramos que en el mismo sitio se han encontrado, además, restos del consumo de malaco fauna, "ya que los moluscos fueron desde siempre un buen complemento de la alimentación".
La próxima campaña arqueológica pretende analizar, también, los distintos recursos vegetales presentes en el Abrigo, en una gran cobertura vegetal: estudios de semillas y polen, pinos, acebuches y también arbustos y vegetación de ribera.
Hay constancia asimismo de que se utilizaron piedras de localizaciones inmediatas, sobre todo sílex y arenisca, "objetos que están siendo estudiados por varios geólogos del equipo -comenta José Ramos-, especialmente, por Salvador Domínguez Bella".
La geología de los objetos líticos encontrados presenta una de las líneas abiertas a este respecto, "ya que encontramos numerosas semejanzas entre uno y otro lado del Estrecho aunque, por supuesto, hay que considerar que pertenecen a unidades geológicas parecidas. De ahí la puesta en marcha de una litoteca -guía de piedras- para establecer similitudes y diferencias".
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