Publicado en ABC
La empresa Toletvm Visigodo comunicó ayer que, entre los numerosos hallazgos arqueológicos que se han descubierto en la zona de Vega Baja, donde continúan trabajando un equipo de más de veinte personas en estos meses, llevando a cabo labores de conservación, mantenimiento y restauración en laboratorio, dos monedas de oro del siglo VII y un ponderal de bronce, de entre los siglos VI y VII.
Estas labores de documentación gráfica de los distintos elementos del yacimiento se llevan a cabo hasta que se puedan reemprender las excavaciones, en la época de más calor.
La primera moneda tiene la efigie del rey Tulga, que permaneció en el trono visigodo del año 639 al 642. Aunque Tulga fue elegido rey por asamblea de nobles y obispos, pronto surgió el descontento entre estos ya que su elección podía dar lugar a una monarquía hereditaria.
Una conjura acaudillada por Chindasvinto logró invalidar a Tulga como rey, obligándole a ser tonsurado y a vestir el hábito de monje, en virtud de una ley que impedía ser coronado todo aquel hubiera vestido hábitos eclesiásticos. En el año 642 fue desterrado de por vida a un monasterio. La moneda está acuñada en Tarragona, como lo prueba el reverso donde aparece la inscripción «Tarraco pius».
Conjura contra Wamba
La segunda moneda pertenece al reinado de Ervigio, del año 680 al 687, al que se aprecia en el anverso con una toga y un gran broche sobre su pecho. Este monarca, que accedió al trono gracias a una nueva conjura contra el rey Wamba, fue la cabeza visible de la familia de Chindasvinto y Recaredo.
Se dedicó a convocar Concilios y promulgó leyes encaminadas a deshacer la política del anterior monarca y que le permitieran salvar un trono extremadamente débil, sometiéndose totalmente a las disposiciones de la Iglesia. Durante su reinado tuvo lugar un desembarco frustrado en las costas levantinas de un contingente árabe.
La moneda está acuñada en Sevilla. «Ispalis Pius» reza en su reverso, y en el centro, una cruz sobre gradas que simbolizan la cruz del calvario en Jerusalén, simbología que fue adoptada por los bizantinos y que tuvo su continuidad entre los visigodos.
Finalmente, el Ponderal es más pequeño que los encontrados anteriormente, si bien, por el tipo de inscripción, las letras «N» y «B», dentro de un cordoncillo circular que asemeja a una corona de espinas, hace pensar que pertenecen a la misma época, los siglos VI o VII.
Al tiempo que los ponderales, se han encontrado restos de cadenitas y ganchos que pueden corresponder a las balanzas asociadas a estos pesos. Los ponderales eran emisiones oficiales de pesos usadas para contrastar y confirmar el valor y autenticidad de las monedas en circulación, y se acuñaban en las cecas imperiales, una de ellas, sin duda, ubicada en Toledo.
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