Publicado en la Universidad de Cantabria
La revista estadounidense “Journal of Archaeological Science” acaba de incluir en su edición electrónica un estudio realizado por un equipo de investigadores de las universidades de Cantabria y Nuevo México sobre uno de los hogares de cocina identificados y excavados en el vestíbulo de la Cueva del Mirón, en Ramales de la Victoria (Cantabria). Se trata de una estructura del periodo magdaleniense inferior, excavada en las campañas de 2005 y 2006, cuya antigüedad es de 18.500 años.
La hoguera, realizada en una pequeña depresión del suelo, contenía y estaba rodeada por numerosos restos de huesos de animales salvajes allí cocinados, fundamentalmente cabras y ciervos, junto con instrumentos de sílex y numerosos fragmentos de cantos rodados de arenisca y otras rocas, cantos que aparecían rotos y enrojecidos por la acción del fuego. Un programa experimental desarrollado en Ramales por el grupo de la Universidad de Nuevo México ha permitido verificar que la rotura de los cantos era el resultado de sucesivos ciclos de calentamiento a altas temperaturas en el hogar, seguido de enfriamientos bruscos por inmersión.
El análisis, recuento, pesado y medida de varios centenares de fragmentos ha permitido concluir que era una práctica generalizada en El Mirón hervir agua con la finalidad de cocer huesos –que aparecen muy fragmentados- y extraer la grasa, que se podría consumir directamente o bien separarla para dejarla solidificar y utilizarla posteriormente. “Así, frente a la imagen tradicional del asado como única forma de preparar alimentos por parte de los cazadores paleolíticos, que vemos en muchos museos y obras de divulgación, ahora sabemos de manera contrastada que controlaban las técnicas de cocción ya en una fecha temprana”, explica el catedrático Manuel González Morales, director del equipo del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC).
El trabajo forma parte de la tesis doctoral del investigador japonés Yuichi Nakazawa - veterano de varias campañas de excavación en la Cueva del Mirón-, realizada en la Universidad de Nuevo México bajo la dirección del profesor Lawrence Straus. La aportación del IIIPC a la investigación ha consistido en poner a punto las técnicas de fotogrametría digital con las que se ha recogido gran cantidad de información en la excavación.
El trabajo de explotación de datos realizado por David Cuenca y Jorge Caro mediante un sistema de información geográfica ha permitido representar y analizar la distribución de casi 5.000 restos de talla de piedra, huesos de animales y cantos rotos por el fuego que se recogieron de manera individualizada en una superficie de poco más de cinco metros cuadrados y veinte centímetros de espesor en torno al hogar. A partir de esos datos se han podido reconstruir los procesos de utilización y abandono de los cantos empleados para hervir agua y su abandono en torno a la hoguera tras su rotura.
Las excavaciones de El Mirón que han sacado a la luz este hogar fueron autorizadas y financiadas por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria y cofinanciadas por la National Geographic Society y la LSB Leakey Foundation, junto a las universidades de Cantabria y Nuevo México, mientras que los sistemas de recogida de datos y GIS se desarrollaron con la colaboración de la empresa cántabra INYTEC.
Noticia en la Universidad de Cantabria
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