Publicada en Diario de León
Cristina Fanjul
Entrevista a Rubí Sanz, directora del Museo Arqueológico Nacional.
Rubí Sanz es una ardiente defensora del papel que el Museo Arqueológico Nacional juega en la consolidación y defensa de la realidad cultural española. Por eso reivindica la presencia de piezas de toda España en el museo que dirige, y recuerda que, sin la política desarrollada desde el siglo XIX, muchos tesoros españoles estarían en el extranjero o en manos privadas.
-¿Qué le parece el plan museológico del Museo de León?
-Magnífico. Es un paso muy importante, no sólo para el Museo de León, sino para todos los museos provinciales de España. Conozco a Luis Grau desde hace muchos años, su manera de pensar. El plan de Luis Grau va a permitir que el museo tenga durabilidad. Pongo como ejemplo el lapidario, en el que el director ha dado una excelente solución a uno de los problemas más importantes que tienen hoy en día los museos: la acumulación de objetos. Luis Grau ha conseguido dar vida a un conjunto de estelas a través de un montaje que invita al público a acercarse a ellas de manera profunda y amena.
-¿Han hablado de la posibilidad de poner en marcha proyectos conjuntos?
-¡Claro que hemos hablado! Luis forma parte del patronato del Arqueológico Nacional, es decir, su opinión ayuda a construir el museo. Conoce su política y sabe que se hoy en día defendemos una línea de apertura a los museos provinciales. Lo único que necesita ahora es que la Junta de Castilla y León le de dinero para traer las exposiciones organizadas por el Arqueológico Nacional. Es decir, requiere más medios que le aporten capacidad para gestionar. El Arqueológico Nacional entra ahora en un época de obras que nos obligará a cerrarlo al público. Por ello, hemos puesto en marcha una serie de exposiciones itinerantes y, si, cualquiera de ellas podría venir a León.
-¿Me podría hablar de alguna?
-Hay varias: una sobre las colecciones egipcias del museo, Reflejos de Apolo , sobre el deporte en el mundo romano, otra de retratos romanos. Creemos que el Museo Arqueológico es un museo nacional, un museo de todo el Estado, no sólo de Madrid. Con esto quiero decir que, en la medida de nuestras posibilidades, nuestra vocación debe ser siempre estar presentes en el resto de ciudades españolas. Es cierto que algunas de las exposiciones son caras, sobre todo por los seguros, pero la itinerancia, en realidad, lo que consigue es abaratar costes, de traslados, restauración o montaje.
-Muchos leoneses reclaman el regreso de las piezas que se llevaron en el siglo XIX.
-Hay piezas muy importantes, desde luego. Es el caso del Torques de Astorga, del crucifijo de Don Fernando o de las arquetas de las ágatas. Son piezas faro para España, y el Arqueológico no podría prescindir de ellas. Verá, en el siglo XIX, momento en el que se pone en marcha el Arqueológico Nacional, surge una preocupación por el patrimonio desconocido hasta entonces en España. El Estado hizo entonces acopio de un gran número de piezas fundamentales para entender la realidad cultural española. En muchos casos, el Estado las compró, y gracias a eso hoy están donde están. Es el caso de las piezas de San Isidoro, o de l a Dama de Elche. No hay que olvidar que para recuperar esta pieza hubo que ceder cuadros de Velázquez, Goya y El Greco. Fue un ilicitano el que vendió la pieza al Louvre. Lo que los españoles deben comprender es que el Arqueológico Nacional ayuda a cohesionar culturalmente los territorios del Estado.
-¿Cuál es esa nueva política de la que antes hablaba?
-Estamos en un momento de reforma estructural muy importante. El Arqueológico Nacional tiene que trabajar más con los museos provinciales. No hay que olvidar que tenemos un gran número de piezas en depósito repartidas por toda España, alrededor de cuatro mil. En León, hay cuatro fragmentos de mosaico romano del siglo IV, por poner un ejemplo. Nuestra obligación es continuar con esa política de préstamo y trabajar para ofrecer una visión real de la historia de España. Para ello, es necesario que el Museo abra sus puertas a las comunidades autónomas. ¿Cómo? pues también ofreciendo espacios para que la cultura de cada zona tenga su lugar en el corazón de España. Uno de nuestros proyectos actuales es desarrollar un centro de documentación en la red con los estudios e imágenes de la presencia griega en la península. Para ello, estamos trabajando con el museo de Ampurias.
-¿Cuál es la política actual de compras?
-Nuestra prioridad actual son las monedas y las cerámicas griegas, porque las nuestras son dos de las colecciones más importantes del mundo. En el caso de pinturas, y por problemas de legalidad, sólo se compran aquellas que están dadas de alta desde 1985. Lo que menos se adquiere hoy en día es arqueología. El año pasado, supimos de la venta de una tabla de Nicolás Francés y lo pusimos en conocimiento del ministerio para que lo adquiriera para León.
-¿Qué opinión tiene de la gran cantidad de museos que han surgido en España en los últimos años?
-Pues, la verdad, es que desconfío mucho de la generación de pequeños museos. La razón es que no hay suficientes medios económicos para utilizar en positivo todo ese patrimonio y, además, creo que es mentira que un museo salve a un pueblo del abandono. Hacer un museo no es coger un local y llenarlo de objetos, sino que es algo más profundo, requiere una meditación importante en torno a para qué queremos hacerlo y cómo queremos mantenerlo y que funcione.
Entrevista completa en Diario de León
1 comentario:
Pues tiene usted toda la razón
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