21 noviembre 2007

La pastora del Cuera, un hallazgo esencial para la Edad de Bronce

Publicado en La Nueva España
M.S.Marqués

«Los hallazgos arqueológicos acercan al ciudadano a una ciencia que cada día despierta más interés». La reflexión de Pablo Arias Cabal, asturiano y catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, hace visible una realidad cada día más evidente en Asturias, donde en los últimos años han fructificado campañas arqueológicas indispensables para conocer las civilizaciones del pasado.

Arias Cabal presentó junto a la directora de Promoción Cultural, Consuelo Vega, el libro «Fuentenegroso, un enterramiento del I milenio a. C. en la sierra del Cuera», una obra que permite a los historiadores acercarse a la realidad de la Edad de Bronce, un período del que no abundan los datos. El trabajo surge a partir del hallazgo de restos humanos en una cueva de la sierra del Cuera.

Lo poco habitual del enterramiento animó a los investigadores a profundizar en un caso que «podría haber integrado la crónica negra de la arqueología». De indagar en los hechos se ocuparon Rosa Barroso, Primitiva Bueno y Rodrigo Balbín, de la Universidad de Alcalá de Henares, y Jorge Camino, arqueólogo de la Consejería de Cultura. Los resultados de sus investigaciones se recogen en el libro presentado ayer en la Consejería de Cultura.

Los restos pertenecían a una joven, probablemente pastora, que presentaba un buen estado de salud cuando falleció hace 2.700 años sin que se pudieran averiguar las causas de su muerte. La pastora del Cuera también asistió ayer a la presentación de su libro, lo hizo dentro de una urna de cristal que permitía examinar su esqueleto completo, el único que se conserva en Asturias del primer milenio antes de nuestra era.

Muchos fueron los análisis y los métodos de investigación utilizados para averiguar detalles de la joven fallecida. Así han conseguido saber que sufrió algún tipo de estrés alimentario durante su infancia y que su dieta estaba basada en cereales, verduras, frutas y carne. Los datos ofrecen una visión de la época que le tocó vivir un tanto diferente a la que los antiguos historiadores venían ofreciendo. Todo indica que «las dietas eran más variadas y la economía de la época más rica de lo que se preveía», afirmó Rosa Barroso.

Otro dato que los autores quieren destacar es la probable existencia de una comunicación entre la costa y el interior a través de la sierra del Cuera, y la continuidad de la población vernácula en la zona desde el Paleolítico. Rodrigo Balbín subraya la pervivencia de las costumbres funerarias que se practican en la región. «El enterramiento del Cuera está reivindicando ese lugar. Es una forma de señalar un espacio propio de un grupo determinado», afirmó.
Para Primitiva Bueno, los restos muestran cómo un espacio tan impactante como la sierra del Cuera lo fue también para otras culturas. Cree que el entorno mortuorio que crearon los autores de los megalitos fue el mismo que el de la sierra del Cuera.

Jorge Camino pidió más atención a la Administración para que hallazgos como éste no acaben destruidos por falta de noticias.


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