Publicado en Las Provincias
Zoa Sanz
Los fragmentos del patrimonio más antiguo de Gandia están en peligro. Las escombreras de la Cova del Parpalló de Gandia esconden restos de valiosísimas piezas de hace más de 12.000 años que si no se recuperan pueden llegar a deteriorarse e incluso a desaparecer.
El jefe de los servicios de Arqueología de la Diputación de Valencia (SEAV), José Aparicio, considera que se debería rescatar todo este material, ya que su abandono entre los escombros, -procedentes las excavaciones que se acometieron entre 1929 y 1931-, constituye "una auténtica vergüenza para la arqueología valenciana".
Estos espacios, según comentó el experto, albergan importantes restos de varios centenares de plaquetas de piedra con grabados y pinturas del Paleolítico (anterior al 10.000 antes de Cristo) y miles de huesos y piezas líticas de silex.
Hay útiles de la vida cotidiana, entre ellos relacionados con la caza, tanto en piedra como en hueso y asta. También se esconden restos de alimentación humana durante los 15.000 años de vida del Parpalló y objetos de adorno en concha y en hueso.
Por todo ello, el arqueólogo de la Diputación propone que se tamicen los sedimentos de la escombrera para conseguir salvar las piezas que sean realmente relevantes. Sin embargo, Aparicio reconoce que estas tareas son laboriosas, "poco gratificantes" y costosas económicamente hablando.
Desde principios del siglo XX ya no se ha vuelto a excavar en el yacimiento arqueológico, considerado como uno de los más importantes del Mediterráneo Occidental. Aparicio sí que ha intentado en varias ocasiones actuar en la escombrera para recuperar el material pero, tal y como él denuncia, siempre se ha topado con impedimentos. En 1980 lo servicios de arqueología de Diputación liderados por Aparicio comenzaron la recuperación de los materiales de la escombrera. Sin embargo, según relató el experto, se presentó allí «un individuo con un papel» en el que se les ordenaba paralizar la excavación.
Este mandato era "improcedente", según el arqueólogo, ya que la cavidad había sido excavada en su totalidad. En los años 2000 y 2001 lo intentaron de nuevo, pero volvió a suceder lo mismo. Cuando se emprendieron las primeras catas arqueológicas no se tamizaba con agua, sino con garbillo, cuya malla es más ancha que la que se emplea en la actualidad. "Además, los trabajos se realizaban en seco, y al ser una época lluviosa, las piezas salían llenas de barro y las plaquetas, sucias", argumentó Aparicio.
Un libro de los 75 años
Recientemente, la Diputación ha editado el número 30 de la Serie Histórica que aborda la temática del curso de Historia Valenciana de Fomento de Gandia de 2006 en el que se conmemoraron los 75 años del final de las excavaciones primeras del año 1931 en la Cova del Parpalló de Gandia.
Esta publicación consta de tres partes. La primera de ellas está dedicada a esta efeméride. Aparicio analiza lo que representa el Parpalló dentro de la ciencia prehistórica europea y lo que aportó a su conocimiento y desarrollo. También hace referencia a los trabajos realizados en la cavidad, especialmente los de la SEAV (servicios arqueológicos de la Diputación) durante 2001 y 2002.
Además, el doctor Blázquez Martínez, académico numerario de la Real Academia Nacional de la Historia, da a conocer la visión que de la cavidad y su trascendencia. El doctor Silgo Gauche, prestigioso iberista, analiza varias de sus plaquetas pintadas y grabadas, la principal aportación del Parpalló a Europa.
Los investigadores Carmen Olaria y Gusi Jener escriben sobre plquetas similares a las del Parpalló descubiertas en una cueva de Villafamés, la Cova Matutano, con importantes restos del Paleolítico Superior Mediterráneo.
Este libro también reflexiona sobre el Camino Valenciano del Cid, con un estudio del espacio del camino entre Xàtiva y Montaverner; desde Montaverner al Castell de Carbonera, que ocupa y fortifica, entre los términos de Otos y Beniatjar.
Es el célebre castillo del Cantar del Mio Cid y, desde allí, a Ontinyent, Bocairent y Villena en dirección sur y oeste. Hacia el Este, a Ròtova, Gandia, Dénia o Cullera. Aparicio ha profundizado en todo ello. Por su parte, Gómez Bayarri, estudia los castillos más significativos del Camino desde Morella hasta Orihuela pasando por Gandia.
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