Paloma Morcillo
Hace diez años el hallazgo casual de una gran losa de pizarra, que arrastró un tractor, dio lugar a tres años de excavaciones entre 1989 y 1991. De esta manera, se descubría en la zona conocida comoVereda Corona, en Almendralejo, un yacimiento arqueológico: el de Huerta Montero. Lo que en principio parecía una tumba individual, resultó ser un enterramiento múltiple que los expertos fecharon en el Calcolítico y en cuyo interior se encontraron más de cien esqueletos y diversos objetos que componían los ajuares que se introducían en esa época dentro de las tumbas. En realidad se trataba de un enterramiento interesantísimo, que se presenta intacto a dos metros de profundidad y al que se accede mediante una ‘rampa escalonada’ de siete metros, que hace de corredor hasta la cámara, de forma circular y con cinco metros de diámetro. Situado en lo alto de una loma delimitada por el camino de Lobón y la vereda Corona, en la suerte conocida como Huerta Montero, el yacimiento es clave para el esclarecimiento del Calcolítico en la Cuenca Media del Guadiana, más concretamente en la comarca de Tierra de Barros. Se trata de un sepulcro de falsa cúpula y corredor corto, semisubterráneo y orientado hacia el levante.
Tiene la peculiaridad de ser el primer yacimiento donde se constata paredes de tapial como técnica constructiva en el tercer milenio a. C. y conserva características de los monumentosmegalíticos e innovaciones de gran interés en cuanto a los aspectos constructivos en las tumbas de la edad del cobre.
Tiene la peculiaridad de ser el primer yacimiento donde se constata paredes de tapial como técnica constructiva en el tercer milenio a. C. y conserva características de los monumentosmegalíticos e innovaciones de gran interés en cuanto a los aspectos constructivos en las tumbas de la edad del cobre.
Durante tres años un equipo de arqueólogos estuvo trabajando en la limpieza, catalogación y documentación de un monumento que, entre otros aspectos interesantes, se presentaba intacto. Una vez terminados los estudios, el yacimiento se cubrió de tierra para protegerlo. Ahora, años más tarde, gracias al proyecto ‘Vía de la Plata II’ la empresa Procodal, bajo la supervisión de los arquitectos Antonio Holgado e Isabel Ayago y el arqueólogo Francisco Blasco, va a proceder a descubrir su interior de manera que pueda ser conocido y visitado por el público. Se excavarán los terrenos circundantes y se construirá una cubierta para proteger la zona del hallazgo. Se procederá al vaciado de la tumba, a su limpieza y consolidación trabajos que se realizan a mano, para asegurar cualquier resto arqueológico y finalmente, se repondrán los elementos en el mismo lugar donde fueron encontrados. Con el fin de preservarlo de la climatología y hacerlo visitable al público, se va a construir una estructura abovedada, entendida como una cubierta que alberga algo atractivo en su interior y no como un edificio que compita con el yacimiento arqueológico y confunda al visitante. Además se proyectará un acceso que permita controladamente la entrada de la luz solar de forma similar a como fue concebida esta en la tumba, es decir a lo largo del corredor principal. De esta manera se procederá a realizar la musealización de este sepulcro destinada a la interpretación y conocimiento del yacimiento para los visitantes. Una manera de conocer como era la vida de entonces en la CuencaMedia del Guadiana, en plena Tierra de Barros.
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