Publicado en Diario de Mallorca
M. Elena Vallés
Calles y cadáveres son los dos descubrimientos principales de esta campaña de verano en el yacimiento romano de Pollentia. Hallazgos que confirman las teorías que los arqueólogos barajaban sobre esta zona desde el año 2000.
La primera de ellas: "Pollentia era una ciudad muy bien trazada, un ideal de urbanismo", considera una de las directoras de las excavaciones, Margalida Orfila. Su apreciación la refuerza el descubrimiento de dos trozos de calle en una trinchera que se abrió en los años 30 para que pasara el tren. Las marcas de estas dos nuevas vías en el corte de setenta metros de tierra acaban de ofrecer la perfecta lectura urbanística de la ciudad romana. Y una señal de que la urbe se extendía un poco más allá de la zona de la Portella.
Suelos romanos
Orfila indicó que aún falta identificar la cronología de la trinchera, en la que también se distinguen dos suelos romanos y cerámica talayótica. "De todos modos, todavía hay mucha tierra por excavar en esta parte; aparecerán todavía muchas cosas", señaló Orfila. La trinchera confirma el conocimiento sobre urbanismo que tenían los romanos para comunicar las casas.
La zona de esta zanja era intransitable hasta el pasado invierno, cuando la brigada de Patrimonio del Consell limpió el área y retiró las plantas. En verano, el equipo de investigación de Pollentia, formado por miembros de la Universidad de Granada y de la de Barcelona, ha terminado de despejar la zona para dejar al descubierto parte del trazado urbanístico de la ciudad. "El año que viene ya tendremos listo el dibujo del corte", adelantó Orfila.
El grupo de treinta personas que atendió ayer a las explicaciones de los arqueólogos durante la jornada de puertas abiertas, se trasladó después al foro, la plaza de la ciudad. Allí, un grupo de estudiantes de Historia de distintas universidades excavaba y continuaba ayer sacando huesos de cadáveres. La zona en cuestión es una enorme necrópolis de la Antigüedad tardía. "Hasta el día de doy, llevamos 350 tumbas excavadas", informó Miquel Àngel Cau, codirector del proyecto de Pollentia. La tipología de nichos encontrados es muy diversa. "Todas ellas están ordenadas; algunas son como cajas de piedra, con una tapa", explica. "La exhumación y extracción de los huesos es uno de los trabajos más laboriosos en arqueología", refirió Cau ante el grupo de ciudadanos y también el director insular de Patrimonio, Biel Cerdà.
El equipo de investigadores está también centrado en averiguar la datación exacta de la muralla del foro, que ya se sabe que es de época tardía. El muro se construyó después del incendio que destruyó la plaza pública, en el siglo III d. C. Pese a la catástrofe, explica Cau, la ciudad continuó funcionando. Los arqueólogos creen que la muralla defensiva es del siglo V, de la época de Bizancio. Y saben que el muro defensivo y las casas anejas dejaron de usarse en la época de decadencia del Imperio Romano para pasar a convertirse en cementerio. "Durante la República, estaba totalmente prohibido enterrar muertos en la zona residencial, debía hacerse lejos. Con la cristianización de Pollentia, las tumbas comenzaron a entrar en la ciudad", instruye Cau.
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