Verónica Becerril
Con este descubrimiento, la «coenatio rotunda» descrita por Svetonio en la «Vida de los Césares» recobra vida. Tras el incendio de Roma en el 64 después de Cristo, el excéntrico emperador se hizo construir una nueva residencia con paredes recubiertas de mármol y piedras preciosas. El lujo era tal que la casa se denominó «Domus Aurea». Precisamente en el interior de la morada que se extendía por más de 2,5 kilómetros cuadrados entre el Palatino y Cole Oppio, se encontraba esta habitación circular con la que Nerón sorprendía a sus invitados.
El comedor ideado por el emperador romano y construido por sus arquitectos de confianza, Celere y Severo, tenía una base de agua con una especie de parqué flotante que permitía la rotación de la estructura. Por ahora sólo es posible ver el muro de dos metros que delimita el perímetro de la habitación que dibuja un círculo de 16 metros. Los pilares y la pared de la estructura aparecen unidos por una serie de arcos que cubren el primer nivel de la habitación compuesta de dos pisos. Según los arqueólogos la estructura estaba compuesta por un total de siete arcos, cuatro en el nivel superior, y tres en el inferior.
«Se trata un estructura que no tiene comparación con nada parecido en la antigüedad», comentó a los medios la directora de las excavaciones, María Antonietta Tomei quien puso en evidencia la importancia del pilar central de grandes dimensiones sobre el que se apoya toda la estructura. La Domus Aurea de Nerón se ha conservado gracias a que sus herederos cubrieron la villa para borrar toda huella del emperador. Los lujosos salones fueron desmontados y cubiertos, elevando encima las termas de Tito y Trajano, mientras que en el valle bajo la casa, se construyó el Coliseo.
Más información sobre la Domus Aurea, en Wikipedia
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