Ana Moriyón /Nel Acebal
La familia del Sidrón suma y sigue. Si los hallazgos encontrados hasta la fecha confirmaban la presencia de nueve individuos neandertales en el interior de la cueva piloñesa, nuevos huesos localizados durante este verano por el equipo que dirigen los arqueólogos Marco de la Rasilla y Javier Fortea «confirmarán con toda seguridad la existencia de diez e incluso más individuos» en este yacimiento que, por méritos propios, se ha ganado el privilegio de convertirse «en la colección neandertal más importante de la península Ibérica y un referente internacional».
La campaña veraniega ha sido más que fructífera ya que se han hallado restos óseos que podrían pertenecer a varios individuos. Entre las piezas más importantes, tal y como destacó el paleontólogo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Antonio Rosas, se encuentra un «amasijo de huesos» en el que se puede distinguir un hueso de cadera correspondiente a un individuo adulto con cierta patología, como artrosis; un fragmento de un peroné adulto, un diente canino y una mandíbula con varios dientes en muy buen estado de conservación que corresponde a un neandertal de unos siete años. La composición de los diferentes huesos en una misma pieza no se debe, obviamente, a una posición anatómica, sino que «es el resultado de recubrir los huesos con agua carbonizada». Este hallazgo exigirá ahora un minucioso trabajo de laboratorio para su restauración.
«Pieza soberbia»
Pese a la llamativa pieza -que el experto calificó de «maravillosa, extraordinaria y soberbia»- nadie ayer se atrevió a calificarla como la más significativa de esta campaña. Otro hallazgo compite muy de cerca en este ranking. Se trata de un fémur «prácticamente completo» que pertenece a un individuo inmaduro que podría tener unos siete u ocho años de edad y que, a buen seguro, aportará información inédita sobre el crecimiento de esta especie humana. «Hasta la fecha teníamos poca información, pero es muy probable que los hallazgos de esta campaña nos puedan dar una imagen completa de los neandertales de esta edad», vaticinó Rosas, quien quiso destacar la «variedad y conservación de las piezas encontradas».
Para completar la nómina de los huesos más importantes hay que mencionar un diente molar que incluye fragmentos óseos encostrados «de gran valor científico» y una vértebra unida a fragmentos de una costilla de especial relevancia desde un punto de vista antropológico. «Una de las cosas en las que más nos diferenciamos con el hombre neandertal es en el tamaño de la caja torácica, ya que la de ellos es mucho más ancha porque, al tener una actividad muy elevada, con movimientos muy explosivos y rápidos, necesita pulmones y corazón más grandes», apuntó Rosas. De ahí que la reconstrucción de esta pieza pueda abrir una «novedosa línea de investigación» para el estudio del metabolismo, la actividad física y el comportamiento del Hombre de Neandertal.
El equipo de Marco de la Rasilla comenzó a principios de mes una nueva campaña de excavaciones con un grupo de más de una docena de paleontólogos a los que, en momentos concretos, se han ido uniendo antropólogos, geólogos y topógrafos. Ayer era el momento de dar a conocer los avances realizados en estas semanas, y para ello se acercaron hasta la cueva piloñesa la consejera de Cultura, Mercedes Álvarez, y el alcalde del municipio, Camilo Montes.
Durante la presentación, De la Rasilla comentó que además de los restos óseos también se han recuperado nuevas piezas de industria lítica del Musteriense, todas ellas localizadas en la conocida como Galería del Osario. Confirmó también que se han elegido seis piezas para continuar con la investigación de ADN de la mano del biólogo Carles Lalueza, que también se encontraba presente ayer en Piloña, y que se ha localizado un elevado volumen de restos óseos de fauna. Entre otros, se encontraron huesos de oso, caballo, ciervo, hiena, una vértebra de un uro e incluso una mandíbula de león cavernario. «Ahora tenemos que ver si son coetáneos con los neandertales o no», aclaró.
Como viene siendo habitual en las últimas campañas, los arqueólogos han trabajado en los exteriores a fin de tratar de localizar la entrada original de la cueva mediante un «minucioso trabajo topográfico» con el que pretenden continuar el próximo mes de septiembre. Y también, desde un punto de vista geológico, se han localizado varios tubos -o chimeneas- por los que «con toda seguridad podrían haber entrado a la cueva los materiales estudiados».
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