J. Arrieta
El Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco comenzó ayer en Sevilla su 33 reunión anual para examinar las solicitudes de inscripción de nuevos sitios y monumentos en la Lista del Patrimonio de la Humanidad. En la junta de este año, en la que participan los 21 países que integran el organismo y que se clausurará el 30 de junio, se examinarán 30 candidaturas. Además de la ruta del mercurio y de la plata, en la que están incluidas las minas de Almadén (Ciudad Real), el único monumento que propone España esta vez es la Torre de Hércules (La Coruña), el único faro romano que ha llegado hasta nuestros días y el más antiguo en activo del mundo.
La Torre es un edificio cuadrangular de sillería con un remate octogonal. Tiene 49 metros de altura y se alza sobre un promontorio de unos 50 metros sobre el mar. Las últimas excavaciones arqueológicas sacaron a la luz evidencias que confirman que el edificio es algo más antiguo de lo que suponía la historiografía tradicional. Desde finales del siglo XVIII se atribuía el mandato de su construcción a Trajano (52-117 d.C.), emperador nacido en Itálica (hoy Santiponce, Sevilla).
Sin embargo, según el estudio de los materiales arqueológicos obtenidos en las excavaciones realizadas por José María Bello, director del Museo Arqueológico de La Coruña, todo indica que el faro fue levantado durante la segunda mitad del siglo I, antes del año 80, entre los reinados de los emperadores Claudio (10-54 dC) y Vespasiano (9-79 dC). En cualquier caso, las fechas concretas de su construcción son una incógnita. No existe documentación de la época sobre el edificio y la mención más antigua es de un autor tardío, Paulo Orosio, que se refiere a la Torre a principios del siglo V. Curiosamente, se trata de un edificio firmado: una inscripción en una piedra votiva cerca de la base indica el nombre del arquitecto, Gaio Sevio Lupo, natural de Aeminium (la actual Coimbra, en Portugal).
Fortificación
En cuanto a su finalidad, el faro se construyó con el fin de facilitar el paso junto a las costas coruñesas de los barcos que transportaban vino y aceite desde el Sur de la Península para las tropas romanas asentadas en las Islas Británicas.
El edificio perdió su uso marítimo en la Edad Media, época en la que se utilizó como castillo. En el siglo XVII recuperó su función de faro y su aspecto actual se debe a la restauración de la que fue objeto a finales del siglo XVIII, que básicamente consistió en 'envolver' la estructura original con nuevas fachadas de estilo neoclásico. Hoy día sigue funcionando como faro, con un alcance de 23 millas. Desde 2008 la Torre de Hércules está hermanada con la Estatua de la Libertad y con el faro del Morro de la Habana, el más antiguo de América.
Si el comité de la Unesco así lo decide, la Torre pasará a formar parte del Patrimonio Mundial «por su valor universal excepcional». Se sumaría a los 878 lugares ya inscritos, de los que 679 son culturales -entre ellos el Puente Vizcaya de Portugalete-, 174 naturales y 25 mixtos, repartidos en 145 países, que ya figuran en la lista del organismo de la ONU, cuyo objetivo es conservar y dar a conocer sitios de importancia cultural o natural excepcional como herencia común de la Humanidad. Los monumentos distinguidos que lo necesiten pueden obtener ayudas para su conservación del Fondo para la Conservación del Patrimonio Mundial.
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