Rosa M. Tristán
Las gélidas aguas del Mar del Norte esconden restos de neandertales de hace entre 30.000 y 60.000 años. El fósil de un fragmento del cráneo de un individuo, adulto joven, de esta especie extinta ha revelado que los huesos humanos también se conservan sumergidos durante decenas de miles de años y guardan secretos que pueden ayudar a conocer cómo se movieron nuestros parientes.
El hallazgo tuvo lugar en la costa holandesa en un área conocida como Zeeland Ridges. En la Edad de Hielo, hace unos 500.000 años, ésta era una zona seca, con ríos, valles y lagos, en la que habitaban grandes manadas de mamuts lanudos, rinocerontes lanudos, renos y caballos.
De hecho, el fósil fue localizado entre restos de otros animales y utensilios, como hachas de piedra de hace unos 60.000 años, cuando se dragaba el fondo a unos 15 kilómetros de la costa holandesa. Se trata de un fragmento de la parte frontal y suprarorbital del cráneo, un hueso muy fácil de identificar de los neandertales.
El profesor Jean-Jacques Hublin, del Instituto Max Planck de Alemania, fue el encargado de confirmar que se trataba de un neandertal.El análisis de los isótopos químicos ha revelado también que se trataba de un carnívoro total. Lo que no se ha podido hacer es la datación con carbono del fósil, dado que para ello se debe preservar el colágeno y, según Hublin, había demasiado poco en el hueso.
Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres, que ha participado en este trabajo, está convencido de que en las profundidades del Mar del Norte hay un tesoro del pasado, "y sería maravilloso poder tener la tecnología para ir a buscarlo".
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