06 marzo 2010

Sacar los colores a las estatuas

Publicado en HOY
M. Barrado

¿De qué color eran las estatuas en la antigüedad? De esta pregunta parte la conferencia que este mediodía pronunciará en Badajoz el profesor Manuel Bendala Galán, catedrático de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, que ha logrado 'sacarles los colores' a piezas de la estatuaria clásica que llegaron hasta nuestros días reducidas al pálido mármol en que fueron esculpidas.

El profesor Bendala Galán ha comisariado la parte española de la exposición 'El color de los dioses', actualmente instalada en el Museo Regional de Arqueología de Madrid, en Alcalá de Henares, en la que pueden verse réplicas policromadas de famosas estatuas españolas, como la Dama de Baza y en la que se demuestra que las estatuas griegas y romanas de mármol solían ser rematadas por capas de colores vivos que incrementaban su atractivo y que acabaron perdiéndose con el paso del tiempo.

El grueso de la investigación en torno a esta exposición ha sido realizado por el equipo del profesor Vinzenz Brinkmann, de las universidades de Frankfurt y Bochum.

Togado
Pero dicha exposición no sólo cuenta con réplicas de estatuas conocidas sino también con piezas auténticas entre las que se encuentran 8 estatuas procedentes de museos extremeños como el Arqueológico de Badajoz y el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (MNAR).

Entre ellas está el Busto de la Majona, la escultura de un togado del siglo III d.de.C que al profesor Bendala le parece «preciosa» y que, en el momento de su descubrimiento, presentaba todavía evidentes huellas de los colores con que fue cubierta. También hay en la exposición estelas escultóricas procedentes del MNAR.

Puede ser sorprendente pero la conclusión es que todas las estatuas de la antigüedad iban pintadas de colores aunque «estemos acostumbrados a ver la escultura con esa apariencia blanquecina, ya sea por el mármol o por el lucido y las capas de preparación previa de imprimación que muestran muchas esculturas hechas en caliza o en arenisca», dice Bendala Galán.

Fue el Renacimiento el momento en que se extendió el gusto por la estatuaria clásica conocida que, afectada por el paso del tiempo, había perdido su color original. «Ahí, a través de Miguel Ángel y del mundo del Barroco en general, se forjó la idea del gusto por esta estatuaria clásica en toda la pureza que presentaba el mármol blanco. Pero cuando se han analizado mejor las estatuas antiguas y estudiado incluso los testimonios literarios, que son muy abundantes, se ha visto que iban coloreadas con colores rutilantes que sorprenden cuando vemos las reproducciones que de esas mismas esculturas hay en la exposición que mostramos en el Museo de Alcalá de Henares».
A pesar de esa renovada apariencia de dichas reproducciones, el profesor Bendala no cree lógico que se intentase volver a colorear hoy en día los originales que han llegado decolorados hasta nosotros. «En esas esculturas clásicas es preciso aprender a mirar algunos restos que se conservan en ellas o en ejemplares de la estatuaria ibérica que también los conservan, como la Dama de Elche o la Dama de Baza donde aún se aprecian pigmentos de la pintura con que fueron terminadas».

En la mayor parte de los casos, la intemperie fue la causante del deterioro de la cobertura pictórica que llevaban las estatuas. «La mayoría formaban parte de grupos escultóricos de edificios que quedaban al aire o eran esculturas expuestas en las ágoras, foros o santuarios de las antiguas ciudades -dice el profesor Bendala. Las esculturas que estaban en la acrópolis de Atenas, cuando se produjo la destrucción de la ciudad por parte de los persas en el siglo V antes de Cristo, fueron recogidas por los atenienses que las escondieron en varias fosas, de manera que estuvieron poco al aire libre. Cuando se descubrieron en el siglo XIX se vio que conservaban mucho de su colorido. Igual pasó con la Dama de Baza. Esculturas que han estado más protegidas de la intemperie son el mejor testimonio de cómo era la generalidad de esculturas de la época». Tras su estancia en Alcalá de Henares, que termina en el mes de abril, la exposición 'El color de los dioses' viajará a Berlín. Ya ha estado previamente en el Museo de la Acrópolis de Atenas y en los Museos Vaticanos.

1 comentario:

Ana Fernández dijo...

Muy interesante su artículo