Celia Dubal
La Torre de Torrent es islámica. Con esta afirmación se cierra el debate sobre la época de su construcción original, fecha enturbiada por las continuas restauraciones y añadidos ajenos al edificio original durante siglos. Las pruebas del carbono 14 practicadas a dos restos de madera de elementos originarios de la Torre datan su construcción entre los años 1038 y 1223.
Así lo han dado a conocer hoy la alcaldesa del municipio, María José Català, acompañada por los arqueólogos Rafael Martínez y Lourdes Roca, responsables de los trabajos arqueológicos que se realizan en la Torre desde 2008. Los trabajos permitieron documentar la totalidad del sistema defensivo de la fortificación y recuperar su aspecto primigenio aunque no pudieron dilucidar cuándo fue construida.Al parecer, las profundas y agresivas remodelaciones que sufrió el edificio en 1847, cuando se transformó en cárcel del partido judicial, además de la actuación de 1973, acabaron con la mayoría de las construcciones anteriores.
Sin embargo, el equipo arqueológico recopiló datos que apuntaban a un origen islámico como la localización de material cerámico de este periodo en el suelo original de la terraza exterior aunque no era suficiente para determinar con exactitud la época de construcción. Otros elementos como las medidas de las tapias del encofrado sugieren también su origen islámico.
Pero ante la escasez de elementos de juicio, la dirección arqueológica de la obra decidió llevar a cabo la realización de pruebas de radiocarbono que certificaran los parámetros cronológicos. Ello fue posible gracias a dos muestras de madera representativas del momento de la construcción: un fragmento de tablilla, perteneciente a una aguja del encofrado con que se construyó la fortificación, y un fragmento de una de las vigas que sustentaban uno de los matacanes volados ubicados en la parte superior de la torre.
Según han explicado los arqueólogos, las vigas que sustentan los matacanes, obras que se ubican en la parte alta de fortificaciones y que, gracias a unos orificios, los moradores de la misma pueden mirar y atacar al enemigo, se colocan “en crudo” es decir, cuando se está construyendo la torre.
Gracias a esas muestras, los Servicios Científicotécnicos del Laboratorio de Datación por Radiocarbono de la Facultad de Química, de la Universidad de Barcelona, han determinado, con el 95% de probabilidad, que la Torre se construyó entre el 1038 y el 1223, por lo tanto, en periodo islámico. La duda que los arqueólogos tienen es si la construcción es del periodo Taifa (hasta 1085), Amorávide (entre los siglos XI y XII) o Almohade (siglos XII-XIII).
El equipo arqueólogo está a la espera de que las excavaciones que se están realizando en le casco antiguo revelen alguna construcción islámica que permita determinar con más exactitud el periodo de construcción de la Torre aunque con estos datos han podido determinar, sin ningún género de dudas, que Torrent fue una alquería musulmana con un asentamiento consolidado no sólo por la Torre defensiva sino por el sistema de regadío islámico que tiene la ciudad.
Museo de la ciudad
La alcaldesa de Torrent ha destacado la importancia que la Torre tiene para el conocimiento de la historia de la ciudad y por ello, ha anunciado que se convertirá en un museo de la ciudad aunque sus dimensiones impiden clasificarlo como tal. La idea es contener en este emblemático espacio una muestra didáctica sobre los orígenes y la evolución del municipio.
Distribuido por plantas, Català pretende ubicar en cada una de ellas un periodo histórico para ir avanzando a través de los siglos a medida que se va ascendiendo por la Torre para acabar en la terraza desde donde se podrá observar Torrent tal y como es en la actualidad.
La primer edil ha señalado que los trabajos para realizar esta exposición no son muy costosos en el tiempo por lo que podrían estar acabados durante este ejercicio y ha mostrado su deseo de que pueda estar lista para celebrar el 9 d’Octubre aunque ha reconocido que será complicado
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