Vía: El Comercio Digital
Miguel Morán
Hemos descifrado un mapa, cuya función, como la de todo mapa, sería delimitar territorios con el objetivo de orientar a nuestros antepasados». Con esta conclusión termina el historiador Ricardo González Pañeda el capítulo dedicado a la 'Estela de Allande' dentro del libro 'Historia de Gijón', editado por EL COMERCIO en el año 2001. Seis años después la Universidad de Granada, a través de su profesor de cartografía Mario Ruiz Morales certifica como auténticas las conclusiones a las que había llegado el profesor de Historia del Instituto Calderón de la Barca de Gijón acerca de ese mapa prehistórico en piedra.
La llamada 'Estela de Allande' es un monolito de pizarra de poco más de dos metros de altura que formaba parte de un túmulo -tumbas con restos óseos y ofrendas que datan de hace miles de años- y descubierta a principios del siglo XX en la sierra de Carondio en Allande. La particularidad de la piedra son los grabados: dos hileras de semicírculos concéntricos y un serpentiforme que atraviesa ambos. Ricardo González Pañeda nunca tuvo dudas de que aquellos signos representaban el paisaje de la zona. «Los semicírculos concéntricos representan montes, la alineación de siete de la izquierda reflejan la sierra de Carondio y los de la derecha la sierra de Muriellos; el río Carondio estaría representado por el serpentiforme», señala el historiador.
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La imagen la he tomado de Celtiberia.net
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