Restos de caballos ibéricos de la época neolítica hallados en la Cova Fosca de Ares del Maestrat han permitido detectar a un equipo de investigadores que algunos caballos modernos de origen ibérico poseían un ADN mitocondrial similar al de los caballos salvajes autóctonos de hace 6.200 años. Esto constituye la primera evidencia genética de que estos contribuyeron en el origen de las poblaciones domésticas actuales.
Los restos de la Edad del Bronce y del medievo proceden del yacimiento del Portalón de Cueva Mayor, en Atapuerca (Burgos), mientras que los neolíticos se han recuperado en el yacimiento de Cova Fosca. Las mitocondrias son orgánulos extranucleares que tienen su propio genoma y se transmiten de generación en generación a través de las madres.
Los investigadores extrajeron y analizaron el ADN mitocondrial de 22 restos de caballos ibéricos de distintas épocas como el Neolítico, la Edad del Bronce y de la de Piedra. Estas secuencias se compararon con más de 1.000 de caballos actuales de diversas razas ibéricas y no ibéricas, así como con secuencias de caballos antiguos de yacimientos de Eurasia y América. Así se confirmó que algunos linajes mitocondriales de caballos ibéricos domésticos actuales ya estaban presentes en caballos salvajes ibéricos de comienzos de Neolítico.
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