Publicado en La Opinión de Málaga
Fran Extremera
Más que el primer museo prehistórico que se abre al público en la Costa del Sol más oriental, que lo es el de Frigiliana, las nuevas instalaciones situadas junto a la oficina de turismo de la localidad poseen entidad por sí mismas al acoger un elemento decisivo para desvelar el pasado industrial de la Costa del Sol. Miguel Cortés Sánchez, director del nuevo espacio museístico, inaugurado hace apenas unos días, confirma las últimas hipótesis respecto a las investigaciones que desarrolla el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
–¿Qué enigma ha traído a los expertos españoles más importantes en la Edad del Bronce hasta el recinto que acaban de abrir?
–En Frigiliana hay un yacimiento de esa etapa prehistórica realmente importante. En concreto, un puñal que ha sido analizado en Madrid con las últimas técnicas en láser ha dado pie a muchos interrogantes. Investigadores llegados de la capital de España, Barcelona y Valencia, así como otros de la Universidad de Málaga, se han interesado en una fibra microscópica que corresponde al lino y que ha quedado fijada de forma fosilizada sobre el propio metal. Este material pone sobre el tapete la posibilidad de que hubiese una producción local de lino, con lo que ello significa. Estamos ante un material que era por entonces suntuoso y que ha quedado bien conservado, aunque sea de forma microscópica.
–¿Es entonces el elemento estrella de lo que se expone en las nuevas instalaciones del museo que usted dirige?
–Poseemos un abanico de puñales, desde esa época prehistórica al periodo nazarí, del que poseemos una daga muy buena, de manera que el visitante va a poder recorrer todos los periodos desde la Prehistoria hasta el siglo XIX de forma excepcional. Pero albergamos un plan de investigación que puede deparar más objetos de interés en los próximos años. Por ejemplo, también mostramos vasijas de origen fenicio de la zona conocida como Cerrillo de las Sombras, muy bien conservadas y cedidas por la familia Navas.
–¿Desde cuándo hay constatados asentamientos humanos en Frigiliana?
–Al menos hay ocupación desde hace 6.000 años. Debemos aclarar que estamos en una ladera de unos 400 metros de altitud sobre el nivel del mar, pero a escasa distancia del mismo. De ahí que este enclave fuese una vía de tránsito ancestral hacia el interior. En periodos prehistóricos la movilidad del hombre se hacía por cañadas y veredas. Frigiliana no dejaba de ser un hito más de la población de entonces, en un entorno donde hay muchos otros yacimientos.
–¿Cómo está ideado este nuevo espacio para aquellos turistas que son amantes de la historia ?
–Pues pensando precisamente en ellos. Hemos partido de un estudio previo de visitantes. Hemos adaptado el material que teníamos para exponer al hecho de que el 60% de los visitantes de la oficina de turismo, situada en este mismo recinto, son de origen foráneo. Así nos planteamos mostrar un recorrido por la historia, sin centrarnos demasiado en el marco geográfico concreto de Frigiliana. Cualquier persona se debe sentir aquí identificada desde ese punto de vista.
–¿Y cuál es la distribución de sus salas expositivas?
–Después de huir del dato concreto, sin olvidar que se han instalado paneles donde conocer cómo ha evolucionado Frigiliana desde la Prehistoria, trazamos un recorrido común a cualquier ser humano en la sala principal, de carácter permanente, mientras que en una sala temporal damos visiones complementarias sobre la historia y otros aspectos culturales que sean de interés.
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