Publicado en El Correo Digital
F. Góngora
Las excavadoras y los arqueólogos entraron ayer a la plaza de la Virgen Blanca para realizar las primeras catas antes de que el recinto acoja las obras que lo cambiarán de forma sustancial, tras las fiestas de La Blanca. Aunque no se esperan grandes sorpresas, los expertos buscan algunos enterramientos, restos de tres históricas fuentes, cimientos de murallas y puertas de acceso a la ciudad medieval, el baluarte situado cerca de la esquina de la calle Diputación o vestigios de las casas del antiguo arrabal.
«No podemos esperar que aparezcan más cosas que las que están documentadas», aseguró el responsable de la empresa Gesarke, Daniel Vallo, que dirige las excavaciones. Los sondeos son en realidad un adelanto para acelerar los trabajos de la controvertida reforma impulsada por el anterior alcalde, Alfonso Alonso. El proyecto prevé el cambio del pavimento, la eliminación de los jardines, así como la incorporación de fuentes luminosas y de nuevo mobiliario urbano, pero no el traslado del monumento a la Batalla de Vitoria. La envergadura de las obras, sin embargo, obliga a acelerarlas para que se pueda estrenar la nueva postal vitoriana antes de La Blanca-2008.
Los trabajos iniciados ayer consisten básicamente en realizar doce fosos de 2 por 2 metros y profundidad variable en los lugares donde se excavará más profundamente para instalar los depósitos subterráneos de la red de fuentes.
«Llegaremos hasta la roca», explicó Vallo, «y podremos valorar la importancia arqueológica de lo que se halle. No hacemos una investigación al estilo de la catedral vieja, sino un seguimiento de los trabajos para que la reforma no destruya nada de valor. Somos vigilantes de todo ese patrimonio oculto», añadió.
De la documentación recopilada hasta la fecha se deduce que la plaza cambió de aspecto en mu-chas ocasiones en sus más de ochocientos años de historia.
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