Publicado en Terra
Un equipo de arqueólogos ha comenzado en el municipio de Murillo de Gállego (Zaragoza) la excavación para localizar en una fosa común los cuerpos de 16 republicanos que fueron fusilados el 24 de octubre de 1936 por un grupo de falangistas.
La iniciativa de identificar a las personas que fueron fusiladas y de localizar a sus familias para obtener los permisos necesarios para la excavación partió de un vecino de Ayerbe, Antonio Ubieto, quien perdió a su bisabuelo, que junto a los otros fue fusilado en un campo cercano a Murillo.
Ubieto explicó a Efe que desde hace cuatro años mantiene una labor de investigación en archivos y registros que le ha permitido identificar, finalmente, a las dieciséis personas que se enfrentaron al pelotón de ejecución.
La recuperación de la memoria de su bisabuelo le llevó a emprender una ardua búsqueda de parientes de los fusilados, con los que constituyó el pasado mes de febrero la Agrupación de Familiares de los Fusilados de Murillo de Gállego de 24 de Octubre de 1936.
El objetivo de esta asociación, que se dirigió al Gobierno aragonés para solicitar un permiso de excavación arqueológica, no se dirige solamente a la recuperación de los cuerpos sino a su identificación, a su entierro y a la rehabilitación de su memoria.
Según Ubieto, los fusilados fueron tres vecinos de Murillo, cuatro de Loscorrales (entre ellos, el alcalde y dos concejales), tres de Bolea, dos de Santa Eulalia, otros dos de Huesca, un taxista y el maestro José Enrique Arregui, y uno de Quinzano y otro de Ayerbe.
Uno de los documentos más importantes para su investigación le fue aportado por el cronista oscense Manuel Benito, quien puso en sus manos una relación de detenidos y ejecutados en la zona de Ayerbe, donde se ubica Murillo, bajo las órdenes del general franquista Soláns.
Abtonio Ubieto logró el testimonio de tres ancianos que fueron testigos de la ejecución, entre ellos el ex prisionero del campo de concentración de Mathausen Mariano Constante, quien relató el fusilamiento en su libro 'La maldición'.
Otros dos ancianos de Murillo de Gállego, Mario Buen y Rogelio Terreiro, identificaron el lugar donde se produjo la ejecución, cuyos disparos oyeron desde sus respectivas casas.
Los tres se desplazaron con Antonio Ubieto a la zona del fusilamiento para informarle del lugar (un promontorio en el terreno debido al movimiento de tierra que provocó la excavación de la fosa) donde se llevó a cabo la ejecución.
Entre las personas fusiladas se encontraba el maestro oscense José Enrique Arregui, cuya hija no tardó en ponerse en contacto con Ubieto cuando se enteró del proyecto para sumarse a la iniciativa.
El primer paso, en diciembre del año pasado, fue solicitar una ayuda económica al Gobierno aragonés con cargo al programa Amarga Memoria para financiar parcialmente unos trabajos que, hasta ahora, han subvencionado los propios parientes de los fusilados.
Dos meses después, en febrero de este año, se constituyó la Agrupación de Familiares de los Fusilados y se solicitó un permiso de excavación al Ejecutivo aragonés, que les ha sido concedido esta semana.
A finales de verano de 2007, una excavación promovida por la Fundación Bernardo Aladrén, vinculada a UGT, en la localidad próxima de Agüero permitió localizar una fosa con los cuerpos de 12 vecinos de Murillo que también fueron fusilados durante la Guerra Civil.
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