Elena Larriba
La excavación arqueológica, que precede a las obras del aparcamiento subterráneo de la plaza de España, se ajusta de momento al guión marcado en función de los hallazgos ya documentados en los sondeos del 2002. Y no ha reportado hasta ahora ningún elemento que pueda condicionar o retrasar la ejecución del proyecto del párking, aunque todavía queda mucho por excavar.
Tras un mes de trabajo, los arqueólogos han superado la primera fase más superficial de la intervención, que abarca un área de casi 900 metros cuadrados y está dividida en dos sectores.
El sector menos extenso, de 150 metros cuadrados, es el que coincide con el entorno de las Ruinas de Santo Domingo y está siendo el más productivo. En este ámbito se ha redescubierto el cementerio exterior de la iglesia conventual, así como restos de los cimientos del antiguo templo que se extendía, entre los siglos XIII y XIV, en toda su plenitud por los terrenos que hoy ocupa el Instituto Valle-Inclán.
Según explicaron el arqueólogo director de la intervención, Xurxo Constela, y el arqueólogo municipal, Xoán Carlos Castro, han sido localizadas una veintena de fosas funerarias excavadas en el terreno natural y, aunque todavía no han sido todas exhumadas, aparentemente se repite el mismo ritual que en los antiguos cementerios de la iglesia de Santa María y San Bartolomé O Vello, en el entorno del Teatro Principal, recientemente documentados. Serían enterramientos muy austeros, con los muertos envueltos en sudarios y sin cajas, a falta de puedan aparecer clavos o algún otro indicio de ataúdes desintegrados.
En cuanto a los cimientos de la antigua iglesia, aparecieron una especie de contrafuertes y elementos constructivos que serían del templo principal y otros pilares un poco posteriores que corresponderían seguramente de una capilla lateral. En esta parte de la excavación se localizaron dos tumbas que estarían dentro de la propia iglesia.
Foso de la muralla
En el otro sector de la excavación, de unos 700 metros cuadrados y situado delante del Ayuntamiento, solo han aparecido en un primer estrato del terreno tajeas de antiguos saneamientos y pavimentos de rúas de tierra y piedra compactadas. Y todo ellos será ahora levantado para localizar en capas más profundas el foso de la muralla medieval, ya descubierto en parte hace seis años.
El otro gran objetivo en este sector es dar con la cimentación da Porta da Vila o de Santo Domingo de la ciudad amurallada, que se situaría al lado de los jardines laterales del Concello, en el espacio abierto que da acceso a la avenida de Santa María.
El hallazgo del foso de la muralla delante del Ayuntamiento sí que afectaría a las obras del párking subterráneo y, en tal caso, dependiendo de su estado de conservación, habría que integrarlo en el proyecto, al igual que los cimientos de la Porta da Vila, si fueran relevantes.
El concejal de infraestructuras, César Mosquera, que ayer organizó una visita a la excavación, indicó respecto a esa integración que por ahora no hay nada que pueda llevar a tomar una decisión de ese tipo, «pero tempo haberá».
La excavación arqueológica todavía de prolongará dos meses, hasta primeros de julio.
Noticia completa en La Voz de Galicia
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