Centrar el tema del Simposio en el arte del 1200 y el 1400 y sus contextos no es ni banal ni casual.
En el continuum ininterrumpido de la historia y de la creatividad, el estudio de los momentos de cambio y de crisis más profunda ha sido siempre del máximo interés. Sin caer en esquemas simplistas, es necesario analizar las mutaciones fundamentales de estas etapas y profundizar en los procesos de cambio, en los contrastes, aceleraciones y variados fenómenos de hibridación que el arte refleja con puntual precisión
Pese a todo, la necesidad de asignar y acotar tendencias generales innovadoras ha obligado a inventar nombres para los diferentes episodios y estilos e intentar establecer entre ellos fronteras más o menos claras.
Dos de estas cronologías tienen una especial significación dentro del arte medieval, y nos llevan a valorar nuevamente los sucesos y aportaciones del entorno del 1200 y el 1400.
Aunque su formación y difusión se inician unas décadas antes, es sobre el 1200 cuando las novedades del lenguaje gótico escapan de unos reducidos laboratorios y pasan a asumir una dimensión de alcance europeo, actuando en muchos lugares como bisagra ideal entre la tradición románica y la llegada definitiva del gótico.
Pero a la vez, alrededor del 1200 las innovaciones de signo gótico se cruzan con una nueva oleada de bizantinismo y con una renovada atracción por la antigüedad que se conjugan en una tendencia que, hace ya años, recibió el sugestivo y debatido nombre de “estilo 1200”.Más información en el blog del Congreso
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