Almudena Ruíz
Musicólogo y difusor de la música para órgano en nuestra región, Enrique Campuzano es profesor titular de la Cátedra de Órgano Juanjo Mier. Su trabajo en el mundo de la música en Cantabria le ha llevado a impulsar y dirigir el Plan de Restauración de Órganos de Cantabria que promueve Caja Cantabria. Ha creado y preside la Asociación para la Conservación de Órganos de Cantabria y en los últimos años ha impulsado la puesta en marcha del Ciclo de Música Coral y de Órgano de Comillas. Campuzano considera «muy urgente» realizar una catalogación del patrimonio musical de la región porque «si no se aborda con rapidez se podría perder el ya escaso patrimonio documental que ha llegado hasta nuestros días». Para Campuzano, esta es una labor que «debe encabezar la Consejería de Cultura».
- Como profesor de órgano de la Cátedra Juanjo Mier, ¿existe interés entre los jóvenes por aprender a tocar instrumento?
-Creo que hemos logrado despertar el interés por este instrumento, pero es difícil que los jóvenes se acerquen a él, aunque tenemos varios alumnos. Al órgano se suele llegar de mayor, cuando tienes experiencia en otros instrumentos o con la música en general. Es un instrumento sinfónico que exige 'cultura' musical. La mayoría de los estudiantes de órgano, tanto aquí como en el Conservatorio, son profesores de música, pero también profesionales de otras ramas: medicina, farmacia, ingeniería, derecho, historia ...
- Y entre los compositores, ¿se sigue componiendo música para órgano o ha quedado relegado a un segundo plano?
- Se sigue componiendo música para órgano en la misma proporción que para otros instrumentos, es decir poco, pero esto se debe a los escasos alicientes que existen para esta faceta tanto en Cantabria como en casi todas las demás regiones. En Cantabria, además del malogrado Juanjo Mier, al que hemos dedicado nuestra 'escuela', hay que destacar a Antonio Noguera, que ha conseguido premios nacionales e internacionales con obras para este instrumento.
- Usted ha trabajado intensamente en la recuperación de buena parte de los órganos que existen en Cantabria. ¿Cómo va este proyecto?
- El proyecto, iniciado por la Obra Social de Caja Cantabria, sigue adelante y prueba de ello es que hace 12 años, cuando se fundó la Asociación había 39 instrumentos, de los cuales treinta estaban mudos. Ahora tenemos 53 y de ellos están más de 40 activos. Se han adquirido órganos para templos emblemáticos, como Castro Urdiales o Santo Toribio y otras parroquias importantes, como Isla, Renedo, Noja, Potes, Suances... Ahora son las propias parroquias, con el apoyo de la Consejería de Cultura y de los Ayuntamientos los que requieren el uso de estos instrumentos.
- Desde las instituciones, ¿se presta el apoyo necesario a proyectos de este tipo?
- Yo estoy muy agradecido a la sensibilidad y dedicación que durante estos años ha mostrado la Obra Social de Caja Cantabria y ahora también la Consejería de Cultura así como algunos ayuntamientos que patrocinan conciertos en verano para divulgar la música de órgano y la colaboración de las parroquias.
- De entre los instrumentos que están pendientes de recuperar, ¿cúal es el que presenta unas condiciones que requieren actuar de manera urgente?
- Por su interés histórico es muy necesaria la restauración del órgano barroco de Novales, realizado a mediados del siglo XIX por un organero alemán. También el de Ampuero es importante. Hay otros que hay que restaurar: Santoña, Universidad de Comillas, Franciscanos de Santander, Liendo o los de los conventos femeninos de Ruiloba y Escalante.
- En una reciente entrevista hablaba del proyecto de crear un fondo documental sobre música. ¿En qué situación se encuentra?
- Este tema si que es muy urgente, porque si no se aborda con rapidez se podría perder el ya escaso patrimonio documental que ha llegado hasta nuestros días. Es una labor que debe encabezar la Consejería de Cultura, aunque desde nuestra Asociación para la Conservación de los órganos de Cantabria ya se están dando pasos importantes, como labores de inventario y catalogación.
- A lo largo del verano usted ha impulsado la celebración de algunos ciclos de conciertos en distintos puntos de la región. ¿Prepara algún otro ciclo de cara a los próximos meses?
- Todavía no ha finalizado el ciclo 'La Música en Palacio' que se desarrolla todos los sábados de septiembre en la Capilla-Panteón del Palacio de Sobrellano en Comillas. Pero enseguida comenzaremos en nuevo curso en la Cátedra Juanjo Mier (con clases gratuitas los sábados en la iglesia de La Asunción de Torrelavega) y prepararemos algún concierto para Navidad y Semana Santa. En el próximo verano esperamos mantener los tres ciclos de conciertos: 'Las Tardes Musicales', el III Ciclo de Música Coral y de Órgano de Comillas y la citada 'Música en Palacio', en total unos 25 conciertos al año.
- ¿Qué balance hace de las actividades estivales?
- Cada vez se observa un mayor interés por el órgano como se deduce de la afluencia de público y de los comentarios que suscitan. En todos los conciertos ponemos una pantalla gigante que es un gran atractivo para entender la música y la complejidad de su ejecución. El balance es muy satisfactorio y cualquiera puede comprobarlo en estos últimos que se están celebrando en Comillas.
- Prepara algún proyecto desde la cátedra Juanjo Mier
-Estamos comprometidos en dos grandes proyectos desde hace unos años: la recuperación y difusión del patrimonio musical que generó la Universidad Pontificia de Comillas y los cursos nacionales para organistas litúrgicos que se desarrollan cada verano en Valladolid. Así mismo la catalogación de los órganos de Cantabria, por encargo de la Consejería de Cultura.
- Al igual que sucede con la lectura, sería necesario impulsar campañas o iniciativas en favor de la enseñanza musical en nuestro país.
- Claro. Es evidente que el conocimiento y la difusión de la música a través de un mayor apoyo en la escuela así como de campañas institucionales, ayudaría a elevar el nivel a cotas europeas, que es lo que nos corresponde.
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