Gorka Larrumbide
La decimocuarta campaña de excavaciones en el poblado Basagain, situado en Anoeta y perteneciente a la Edad de Hierro, ha dado sus frutos. Si sonado fue el hallazgo de una inspección anterior, donde se localizó la primera estela con rayas de la Edad de Hierro en Gipuzkoa, en esta nueva campaña, y a escasamente un metro del lugar donde se produjo este hallazgo, los investigadores han dado con una nueva estela con rayas en sentido horizontal y vertical así como con otros quince pequeños fragmentos de otras tantas lápidas. Pero quizás, el descubrimiento más interesante, y que podría demostrar nuevas formas de comercio en este poblado, tenga que ver con el hallazgo de una cuenta azul de un collar compuesto por varios círculos geométricos blancos y pequeños ribetes azules de gran vistosidad, típicos de la cultura céltica.
Este poblado, de dos hectáreas -20.000 metros cuadrados- que fue habitado según parece entre los años 350 y el cambio de era, es uno de los de la Edad de Hierro en Gipuzkoa. Está cerca de los de Murumendi (Beasain), Intxur (Albiztur-Tolosa) y Buruntza (Andoain). Todos están situados en zonas altas, que permitían controlar las vías de comunicación en el valle del Oria.
Para Xabier Peñalver, director de la excavación, «lo llamativo de la aparición de estas estelas es que se han encontrado en una zona de vivienda -como ya ocurriera con la primera lápida encontrada el pasado años-, no en una necrópolis como ha sucedido en otros casos. Aún desconocemos para qué iban a ser destinadas», asegura.
Nuevas rutas
Pero más dudas arroja el hallazgo de la cuenta de collar, que posee características similares al brazalete encontrado en una campaña anterior (también compuesta de vidrio azul) y que es claramente asociable a la cultura céltica y mediterránea. «Se sabe que hubo un comercio estable de agricultura y hierro entre los poblados de las colinas y las granjas o caseríos de los valles. Este brazalete y el descubrimiento de esta cuenta nos indica que hubo un comercio más amplio todavía, porque posiblemente está fabricado en una zona al sur de Marsella. Es llamativo, pues en toda la península sólo había aparecido ese tipo de vidrio en un yacimiento de Girona. Así que no es descabellado pensar que existía una red de comercio que entraba por el Norte del Pirineo y no forzosamente desde el Valle del Ebro».
Peñalver considera necesario «seguir trabajando en este poblado por los datos tan importantes que estamos recogiendo durante todos estos años. La financiación está garantizada por el ayuntamiento de Anoeta, por lo que parar ahora sería un error», reconoce el director de la excavación.
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