Publicado en El Faro de Vigo
David Leyenda
El Val Miñor alberga numerosos yacimientos arqueológicos que muestran el amplio abanico de pueblos que ocuparon sus territorios desde la Edad de Piedra.
En Chan do Cereixo, situado en la parroquia gondomareña de Donas, el arquitecto vigués, Jaime Garrido, hallaba hace más 30 años el yacimiento más antiguo de Galicia. El arquitecto encontró piezas líticas de 200.000 años de antigüedad, pertenecientes, por tanto, al Paleolítico inferior. Sin embargo, tras el gran hallazgo, no se volvió a prospectar la zona hasta el pasado año, cuando un equipo del Instituto de Estudios Miñoranos (IEM), dirigido por Rosa Villar, con la ayuda de la Fundación Pedro Barrié de la Maza, daba con más piezas líticas paleolíticas, talladas a partir de cantos rodados, y que los antiguos utilizaban para cortar.
Pero en dicha prospección descubrieron, además, la primera muestra neolítica de arte rupestre al aire libre de la comunidad gallega. Concretamente, se hallaba, dentro de un muro reforzado con piedras de granito de un perímetro de cerca de 400 metros, un petroglifo con grabados sencillos, además de piezas de cerámica, lascas y una bellota carbonizada. Gracias a esta última pieza se pudo realizar la prueba del carbono 14, la cual revelaría que este conjunto tenía una antigüedad superior a los 5.000 años.
En el mismo entorno, delante del petroglifo, se encontró un enlosado de piedra granítica y una roca rectangular, clavada verticalmente en el suelo, que presentaba en su ápice una línea circular. Esto significaba que se había hallado el primer contexto arqueológico de un petroglifo de tales dimensiones en Galicia. Dicho contexto se completa con un foso en que probablemente se almacenarían cereales y un suelo de cabañas.
De este período Neolítico, que comprende desde el 4.500 a.C. hasta los 2.000 años a.C., tienen especial importancia los numerosos restos de enterramientos que se encuentran presentes por toda la comarca del Val Miñor. Especialmente destaca una necrópolis de nueve mámoas, de las que sólo se conservan siete, en el Prado de Morgadáns.
De lo mejor de Europa
Por otra parte, en esta comarca se encuentran tres de los mejores petroglifos del Calcolítico-Bronce del continente europeo, esto es, entre el 2.500 a.C. y el 1.500 a.C. En primer lugar, en Outeiro dos Lameiros, en Sabarís, el IEM, en colaboración con la comunidad de montes Santa Cristina da Ramallosa, musealiza el mejor panel de arte esquemático de la península, con unos ochenta caballos representados en una pared vertical de 40 metros cuadrados.
En segundo lugar, se encuentra la llamada Pedra das Procesións en la zona de Auga da Laxe en Vincios, un petroglifo inclinado de 70 metros cuadrados con 32 armas, que está inmerso, junto a tres petroglifos más, en un proyecto de musealización por parte del IEM y la comunidad de montes de la parroquia.
De esta época destaca también la mayor concentración de círculos concéntricos del mundo en una superficie de 150 metros cuadrados, situado en el monte Tetón, limítrofe entre los ayuntamientos de Tomiño y Gondomar.
Ya en la época de los castros, entre el 800 a.C. y el 200 d.C., sobresale el castro de Pedra Moura, entre Donas y Borreiros, por su emplazamiento estratégico y su complejo defensivo provisto de murallas y foso. La comunidad de montes de Borreiros lleva a cabo una iniciativa de valorización de la zona.
Por último, se ha encontrado también a finales del pasado año un alfar romano cerca de la playa de la Madorra, en Panxón. Esta factoría romana, por sus grandes dimensiones, parece que no sólo abastecía a la propia comarca, sino que sus cerámicas eran probablemente comercializadas por vía marítima a otros pueblos
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