Publicado en Siglo XXI
Un equipo de paleontólogos madrileños excava desde principios de julio un nuevo yacimiento en el denominado Cerro de los Batallones, en el municipio de Torrejón de Velasco, lo que ha permitido descubrir nuevos restos fosilizados de animales de hace 9 millones de años, entre los que destacan cebras y jirafas primitivas.
Este nuevo yacimiento, el décimo que se encuentra en el Cerro de los Batallones, permitirá profundizar en el conocimiento sobre cómo era la Comunidad de Madrid durante el Mioceno, que forma parte de la Era Cenozoica y es una subdivisión del periodo Terciario. El Mioceno empezó hace unos 25 millones de años y concluyó con el inicio del Plioceno, hace aproximadamente 5 millones de años.
Durante esta época, en Madrid habitaban animales como jirafas primitivas, muy diferentes a las actuales ya que podían llegar a tener hasta cuatro cuernos, cebras, tortugas gigantes, mastodontes, rinocerontes y caballos salvajes, de los que se han encontrado restos en el Cerro de los Batallones.
La nueva campaña de excavaciones, que comenzó el pasado dos de julio y finalizará el día 12 de este mes, ha contado con una subvención de 40.000 euros por parte de la Comunidad de Madrid y se está llevando a cabo gracias al trabajo de un grupo de estudiantes de Geología y Biología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH).
La campaña, que cuenta con la colaboración de la empresa Tolsa, encargada de realizar las excavaciones de mayor envergadura, ha permitido comenzar a trabajar en el yacimiento denominado Batallones 10 y proseguir en Batallones 1 y 3, donde se han encontrado tigres de dientes de sable, cánidos primitivos y un gran rinoceronte.
CONCENTRACIÓN DE ANIMALES
El director del proyecto y miembro del Museo Nacional de Ciencias Naturales, Jorge Morales, explicó hoy, durante una visita al yacimiento del director general de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que la acumulación de restos fósiles en esta zona de la región se produce como consecuencia de un "hecho catastrófico", seguramente unas lluvias torrenciales, que hicieron que muchos animales del Mioceno fallecieran mientras bebían aguas en las lagunas que existían en lo que hoy es el Cerro de los Batallones.
Posteriores lluvias provocaron la acumulación de sedimentos que enterraron los cuerpos de los animales a una profundidad de unos siete metros. Durante esta época, el clima de Madrid era similar, aunque las lluvias en lugar de producirse durante los meses más fríos se producían cuando hacía más calor, como ahora ocurre en zonas monzónicas. Según Morales, la flora y la fauna de la región por entonces "recuerda vagamente" a la de África actualmente.
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