Este es el título del libro que acaba de presentarse a la vera del pinar, en el patio interior de la Biblioteca de La Victoria de Acentejo, en una tarde-noche de fiesta y armonía, y que ha llegado a nuestras manos por gentileza de sus autores: Alfredo Mederos Martín y Gabriel Escribano Cobo, conocidos por su gran labor de prospección.
La presentación ha estado ubicada dentro de los actos culturales que preceden a las fiestas patronales del pueblo. La obra está dedicada a Luis Diego Cuscoy (1907-1983), en el centenario de su nacimiento. Este ilustre gran hombre de la arqueología y la etnografía, que publicaba en el año 1944 un libro completo sobre El folklore infantil de más de un centenar de páginas, ya nos revelaba a un etnógrafo formado con 37 años. Ocuparon el estrado, así como la página seis del libro, los alcaldes que forman la Comarca de Acentejo: Hermógenes Pérez Acosta, (Tacoronte), Paulino Rivero Baute, en la actualidad presidente del Gobierno de Canarias, (El Sauzal), Ignacio Rodríguez Jorge (La Matanza de Acentejo), Ricardo García Gutiérrez, (Santa Úrsula) y Manuel Jesús Correa Afonso, (La Victoria de Acentejo).
En la página de Presentación, leemos: "Un motivo del todo justificado para esta publicación es su contribución a la protección de la riqueza histórica y arqueológica de nuestro patrimonio comarcal a través de su mejor conocimiento. Con el anhelo de que existan documentos escritos y gráficos, en los que se recojan las singularidades y los entresijos del camino evolutivo comarcal que ha convertido nuestra tierra y, como consecuencia, a nosotros mismos, en lo que ahora somos."
El prólogo es de José María Luzón Nogué, de la Universidad Complutense de Madrid, donde también leemos: "En la actualidad y sobre todo en los últimos años, se ha acumulado una considerable información a partir del estudio de nuevas cuevas funerarias y de habitación. Se ha multiplicado el número de yacimientos conocidos y parcialmente investigados en lo que fue el menceyato de Tacoronte. Para ilustrarlo se ofrece una selección representativa de lugares, así como un apéndice documental que cierran lo que es una excelente visión panorámica del territorio de Acentejo en Tenerife."
A partir de esta página nos encontramos: "La lectura romántica de los aborígenes", donde los trabajos y estudios científicos de Sabin Berthelot dan comienzo en la segunda mitad del siglo XIX, aunque los de campo se desarrollan en la primera mitad, pero al parecer también dieron un enfoque romántico, aunque más superficial, otros viajeros que visitaron brevemente las islas."
El libro está hermosamente ilustrado con fotografías a todo color de los personajes ilustres que han escrito e investigado sobre Canarias; desde la página 20, encontramos a Jean Baptiste G.M. Bory de Saint-Vincent; a su obra incluye una descripción geográfica, un análisis del clima, una historia natural de las islas, especialmente centrada en Tenerife, abarcando la geología botánica, zoología, la población aborigen de las islas y una recopilación de las palabras y topónimos aborígenes. Le sigue Sabin Berthelot, que llegó a Tenerife el 1 de enero de 1820.
Sucesivamente y hasta la página 464, los ilustres autores de "Prehistoria de la comarca de Acentejo" nos muestran, minuciosamente, lo más destacado y lo más antiguo que ha llegado a nuestros días: ermitas, iglesias, las cuevas donde habitaban los guanches y el porqué y el cómo de aquella lejana época; enterramientos, momias, y los barrancos y lugares donde se llevaron a cabo las consabidas batallas y cómo se fundaron las poblaciones de Acentejo.
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