20 septiembre 2009

Cantabria.- Preocupación entre los arqueólogos por el parón de las excavaciones regionales

Publicado en El Diario Montañés
M.A. Pérez Jorrín

Este año no se han movido las espátulas en La Garma, ni en Cueva Morín, ni en El Mirón. Los equipos arqueológicos de la Universidad de Cantabria, los expertos extranjeros (en algunos casos, figuras de primer nivel) y centenares de estudiantes no han podido acudir a su cita anual en la región, recientemente reconocida por la Unesco por el patrimonio de sus cuevas con arte rupestre.

El origen de esta anómala situación, con los profesionales cántabros trabajando este verano en otras regiones españolas y en el extranjero, hay que buscarlo en la orden que regulaba las ayudas de 2008. Para optar a estas ayudas, rebajadas en un 40% con respecto a las de 2007, se exigió la entrega de memorias y trabajos de las excavaciones anteriores. «El que no cumpla estos requisitos no va a tener autorización de la Consejería para dirigir una excavación o investigación, sea quien sea», aseguró el consejero Francisco Javier López Marcano en unas inusualmente duras declaraciones.

Así, la intención de la Consejería de parar y organizar lo que consideraba un descontrol se ha convertido en un problema mayor. A esta decisión se añadieron otras de corte burocrático: el retraso en publicar la orden, en junio cuando lo habitual era febrero o marzo, y el largo periodo que se autootorgaba la administración para responder, seis meses, convirtió la convocatoria casi en papel mojado. Algunas de las escasas propuestas que se aceptaron fueron aprobadas el 2 de noviembre y en la orden se fijaba el 15 de noviembre para su terminación.

El profesor José Emilio González Urquijo, codirector de las excavaciones en Cueva Morín, asegura que el resultado de esta tramitación fue que «todos los proyectos que necesitaban de trabajo de excavación renunciaron al permiso, excepto nosotros. Después, durante esos días entre el 2 y el 15 de noviembre conseguimos una prórroga hasta el 28 de noviembre pidiéndosela expresamente al consejero, pero esta situación nos obligó a empezar a trabajar sin el equipo alemán del Museo del Neanderthal y a hacerlo en muy difíciles condiciones».

González Urquijo asegura que «los proyectos de investigación que dependen de trabajo de campo -excavaciones arqueológicas, observación de representaciones parietales,...- están paralizados de hecho desde hace dos años. «Y también los que incluían excavaciones y funcionaban con convenios (La Garma y El Mirón, por ejemplo) porque no se han firmado los convenios, ni este año ni el año pasado, debido a que la Consejería no termina de redactar la norma. El nuevo marco de la Ley de Subvenciones establece que deben ser por concurso publico».

Dos años en blanco
Si en 2008 se pueden contar con los dedos de una mano las excavaciones de alto nivel, en 2009 sobra la mano. A estas fechas la orden ni ha sido publicada. Yacimientos de importancia mundial como la cueva del Mirón, cuyas excavaciones son financias entre otros por National Geographic y la Fundación Leakey, o La Garma acumulan ya dos años en blanco o con labores meramente de consolidación y estudio de materiales ya excavados.

El catedrático Manuel González Morales, uno de los directores de la excavación de la cueva del Mirón junto a Lawrence Strauss, de la Universidad de Nuevo México (EE UU), cree que el problema puede hacer perder posiciones a Cantabria desde el punto de vista de la proyección internacional de su patrimonio, a pesar de las buenas intenciones iniciales. «Yo creo que, a priori, la medida de exigir que se presenten los resultados de excavaciones anteriores es adecuada y administrativamente impecable, pero hay que aplicarla con flexibilidad. En El Mirón trabajamos con equipos amplios, de carácter internacional, y el procesamiento del material es largo y complejo».

«Cuestión grave»
La no convocatoria de los permisos de este año es una cuestión grave, según González Morales. «Trabajamos con financiación internacional y necesitamos una seguridad y continuidad en el proyecto. Se corre el peligro de perder la colaboración de equipos extranjeros, la proyección internacional y la financiación. Los recursos son limitados», recuerda Morales. «Y hay otro problema a considerar», explica Morales, que acaba de ser elegido (aún falta la confirmación del patronato) como director del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC). «El máster de arqueología está también afectado. No podemos recibir alumnos externos ya que no podemos ofrecerles prácticas y los alumnos de la Universidad de Cantabria deben ir fuera a excavar. Se puede perder mucho», asegura González Morales.

No todo es negativo. El catedrático cántabro asegura que la propia administración es consciente del problema. «Hay que modificar lo que sea necesario: por ejemplo otorgar permisos plurianuales a los proyectos de envergadura y acabar con la inseguridad jurídica a la que nos enfrentamos todos los años».

Pablo Arias, director de la excavación de la cueva de La Garma, una de las más importantes de Europa, también cree que en Cantabria, con la actual normativa, es muy difícil planificar la investigación. «No hay proyectos plurianuales y la tramitación cada año es tardía y complicada. Es un problema endémico». Arias, que forma parte de la comisión que cada año valora los proyectos, cree que la orden de 2008 «era muy mejorable y quizás eso haya contribuido a que este año no se haya publicado y se estudien alternativas».

«Coyuntural»
Arias espera que el parón «sea una cosa coyuntural» y considera que los propósitos iniciales de la Consejería se han cumplido. «Ha mejorado mucho la entrega de materiales y memorias que llevaban algo de retraso. Y anota una incongruencia: «Había presupuesto para que los equipos se acogieran a ayudas para los estudios de materiales y la redacción de memorias, y pocos lo han hecho».

Otros profesionales ven su punto de lógica. El arqueólogo y catedrático de instituto Ramón Bohigas indica que «ha habido muchas excavaciones y el depósito de los materiales y la redacción de las memorias se ha hecho de forma incompleta». Bohigas habla en primera persona: «A veces nos hemos cargado con más trabajo del que podemos abarcar. Yo, por ejemplo, tengo que rematar investigaciones y no estoy interesado en excavar».

Pero la constación de la realidad no le impide criticar el modo en que se ha aplicado la decisión. «'Manu militari', sin diálogo con los afectados y con favoritismo. Yo estoy a favor de un parón técnico para que todo el mundo se ponga al día, pero no veo porqué la Consejería impide excavar a todos menos a la gente que está en torno al Museo de Prehistoria. Y me da la risa cuando dicen que hay que depositar los materiales en el Museo. ¿En qué museo?, me pregunto yo».

«Jeringar al personal no es poner orden, y tampoco lo es satisfacer las ambiciones de determinadas personas», asegura Bohigas, que reclama a Cultura una solvente gestión de las estructuras «y hablo del futuro Museo de Prehistoria, que lleva camino de ser uno de los proyectos de los que se habla durante mil años y luego no se hacen. Y esa ausencia de infraestruturas es un torpedo en la línea de flotación de todo y muy especialmente de la capitalidad cultural de Santander».

Sin planificación
El director del Museo Marítimo del Cantábrico, José Luis Casado Soto, es directamente pesimista sobre la situación. «No hay planificación en las actuaciones arqueológicas y eso tiene un efecto en el conocimiento de nuestra historia. Con anteriores administraciones las órdenes para optar a la subvención de excavaciones se publicaban en enero o febrero. Asi se podía trabajar. En mi caso esta situación me impide desde hace años dedicarme a la arqueología subacuática. Es inviable porque hay que contratar un barco, equipos especiales y profesionales cualificados y nada de eso se puede hacer sin margen de tiempo y, por supuesto, no se puede salir al mar en octubre, hay que hacerlo en verano. En Cataluña y Murcia hay reconocimiento de la especificidad de este tipo de trabajos; aquí, pura voluntariedad de los profesionales no reconocida de ningún modo por la administración».

Casado Soto considera «una coartada ridícula» la alusión al retraso en la entrega de materiales. «No se puede pedir que los resultados y las memorias se entreguen meses de después de terminar la excavación. A veces se tarda años en procesar el material.».

El director del Museo Marítimo cree que estas cuestiones acaban «desmoralizando a los investigadores y paralizando el trabajo». Y cita un caso concreto, el del arqueólogo Eduardo Peralta, descubridor de los campamentos de las guerras cántabras, uno de los hallazgos más espectaculares de los últimos años «y sometido a una persecución en toda regla por la Consejería, que le niega los permisos de excavación sistemáticamente».

4 comentarios:

Millán Mozota dijo...

Por si lo quieres añadir al post, el culebron (consejería vs. arqueólogos)continúa:

http://www.eldiariomontanes.es/20090920/cantabria/sancion-precedentes-20090920.html

Anónimo dijo...

El problema es que los profesores universitarios se creen exentos de cumplir con la legislación vigente. Es un requisito para la concesión de nuevos permisos haber entregado la documentación a la consejeria que es la que debe garantizar que el patrimonio de todos esta siendo estudiado con todas las garantías científicas. Si no se entregaran y en el caso de existir mala praxis, que no digo que la haya, se sabría una vez excavado todo el registro. El metodo arqueológico es destructivo, y por tanto si no se ejecuta con corrección perdemos un patrimonio irrecuperable declarado PAtrimonio de la Humanidad.

Vic dijo...

Gracias Millán!

La Gestión de la arqueología me parece un tema muy interesante del que, por desgracia, se habla mucho entre los trabajadores y muy poco en la prensa.

Anónimo:
Tienes toda la razón. Todos hemos tenido profesores en la universidad que debían una (o varias) memorias y les habían retirado el permiso para excavar. Y me parece lógico. Se supone que los profesores universitarios deben dedicar gran parte de su tiempo a la investigación! Aunque también creo que la administración debería hacer algo más para difundir estas memorias, ¿qué les costaría colgarlas en internet en pdf?

Millán Mozota dijo...

Voy a dar mi opinión: El problema es que la consejería funciona, a nivel administrativo, fatal: Tiene una eficiencia cercana al 0%. Tirando por lo alto.

Me viene a la cabeza el tema de una cueva con yacimiento arqueológico en Bejes, que se usa también para fermentar quesos:
Lleva como 5 años denunciado el tema y cada vez que paso por allí (una vez al año más o menos) los responsables de esa explotación se han cargado un poco más de yacimiento, para optimizar el sistema de meter y sacar los quesos con vehículos a motor. Y tampoco es culpa de la gente del pueblo: Si la administración no hace nada, ¿porque iban a dejar de trabajar ellos en mejorar su negocio?

El hecho es que toda la tierra que retiran para ampliar "lo de los quesos", podría haber sido excavada en condiciones, pero como la Consejería ha pasado del tema... no se ha hecho nada: Todo eso se ha perdido para siempre, cuando hubiera costado poquísimo investigarlo.

Ejemplos como ese, cientos. Pongo éste porque es un lugar que suelo visitar de vez en cuando, y me pone enfermo que se esté destruyendo por pura dejadez.

Volviendo al tema:

Para nada es cosa de los retrasos de los investigadores, que desde luego existen, pero se sancionan, y ya está, no es un problema.

Los propios investigadores lo asumen con resignación o con alegría (según les toque o no).

Muchos arqueólogos acogieron con gran celebración las ordenes del Gobierno de Cantabria en ese sentido.

Que se entreguen los materiales a tiempo (en el plazo de un año) al Museo es algo que todos entendemos como MUY buena política.

Los problemas DE VERDAD son de la administración.

Cosas como:
- que en 2008 se resolviera la convocatoria para solicitar permisos (para excavar en 2008) en ¡Noviembre de 2008!,
- o que en 2009 no haya salido aún dicha convocatoria, ni tenga visos de salir.

También llama la atención uno de los equipos más castigados sea el de Cueva Morín: no se puede hablar de retrasos porque era el primer año que pedían permiso. Un proyecto totalmente de nuevo cuño.

Quizás (sólo quizás) haya una explicación: Estos arqueólogos de Morín tuvieron la mala suerte de que un alto cargo de la Consejería también quería empezar un proyecto en esa cueva (esa persona pidió permiso en 2008: esto es información de dominio público y seguramente se pueda consultar).

Desde entonces, según dice "radio macuto" (es decir las rumorología de los arqueólogos) a los de Cueva Morín sólo les llueven "mamporros administrativos" por todas partes.

Claro que, como aviso arriba, esto puede tener alguna relación o no... Puede ser que justo haya coincidido, que sea pura casualidad.

Yo no puedo saber si tiene algo que ver, pero como _casualidad_ es lo suficientemente llamativa como para NO omitir ese dato.

Es más, es el tipo de "Casualidad" que hace que se dispare la rumorología y alguien debería esforzarse en aclarar el tema.

También es insultante que se sancione a una autoridad como Cesar González Saiz, uno de los mayores expertos mundiales en Arte Paleolítico, por los siguientes hechos:

Fue un día de visita a una Cueva, observó unas manchas de pintura y discutió con el director de la excavación que le "parecían paleolíticas".

Sancionar a ese profesor en función de una "investigación no autorizada por consejería" es una ofensa al sentido común. Y perjudica, en último término, a la defensa del patrimonio. El profesor Cesar lo único que hizo fue dar una opinión profesional, y el director de la excavación lo único que hizo fue añadir esa información a su memoria para la Consejería. Y Consejería les sanciona por eso, por informar del patrimonio para asegurar su protección.


Por último:

Más noticias (en Cantabria está levantando bastante polvareda):

http://www.eldiariomontanes.es/20090929/local/cantabria-general/dice-unica-actuacion-arqueologica-200909291303.html

http://www.eldiariomontanes.es/20090929/cantabria/otras-noticias/realizaron-actuaciones-arqueologicas-durante-20090929.html