16 diciembre 2007

Hallan un cueva sepulcral de hace 6.000 años en el entorno del castillo de Loarre

Publicado en El Heraldo
Mercedes Pérez

El entorno del castillo de Loarre estuvo poblado hace unos seis mil años. Así se desprende del hallazgo de una cueva sepulcral en la que han aparecido restos humanos de aproximadamente unos veinte individuos así como fragmentos de cerámica y distintas piezas de ajuares funerarios. Las primeras impresiones de los arqueólogos indican que el yacimiento puede datar de final del Neolítico o principios del Calcolítico, aunque para determinar la época exacta habrá que esperar a que se realicen los estudios correspondientes.

El hallazgo se debe al guarda del castillo José Antonio Santolaria, que descubrió de forma casual, en febrero pasado, unos huesos en las inmediaciones de un abrigo natural localizado sobre un pequeño barranco situado a unos 400 metros de la fortaleza. Aunque este primer vestigio no arrojó ninguna pista que hiciera pensar en que allí hubiera una cueva sepulcral de la prehistoria, Santolaria volvió a dar con otros restos óseos que motivaron la intervención de técnicos del departamento de Cultura del Gobierno de Aragón.

Veinte individuos
Las arqueólogas, Mariví Pastor y Diana Vicente realizaron una excavación hace algo más de una semana y comprobaron que efectivamente se trataba de un enterramiento. "Cuando vinimos pensamos que iba a ser menos. Quedaba un agujero en la roca y conforme íbamos excavando aparecían huesos", relató ayer Mariví Pastor. "El primer día estábamos impresionadas porque no hacíamos nada más que sacar huesos. La cueva es muy pequeña, pero ha dado muchos frutos", añadió.

Ni el riesgo por lo escarpado del lugar, ni las dificultades por lo angosto de la cueva, ni el frío han podido con el entusiasmo de estas profesionales que aseguran además haber disfrutado de una vista privilegiada del castillo durante sus largas horas de trabajo a la intemperie.

"Hasta ahora nos hemos dedicado a sacar todos los materiales, pero por los cráneos y huesos nos atrevemos a aventurar que puede haber unos veinte individuos, entre ellos varios niños. No obstante, es difícil concretar la cifra, el sexo o edad porque ninguno estaba en posición anatómica, sino que han ido saliendo huesos de forma aleatoria, fémures por un lado, calaveras por otro... esto hace pensar que conforme morían los iban depositando allí y que no murieron todos de vez sino que fue a lo largo de un periodo de tiempo determinado".

Las arqueólogas volvían el lunes a Loarre y ayer por la mañana concluían su trabajo de extracción de todos los materiales. Ha sido una labor dura dadas las escasas dimensiones de la cueva que no permitía el acceso nada más que a una persona y las obligaba a trabajar encorvadas.

Ajuar funerario

Toda la tierra extraída ha sido cribada lo que ha permitido encontrar piezas de adornos funerarios: colgantes de hueso, cuentas de collar de distintas clases de piedra y de conchas, láminas de silex y fragmentos de cerámica. "Encontrar este ajuar ha sido muy interesante porque es lo nos permite deducir que pueda tratarse de un yacimiento del año 4.000 antes de Cristo, es decir de final del Neolítico o del Calcolítico", apuntaron las expertas. "Es un yacimiento inédito, hasta ahora no había evidencias de que hubiera asentamientos de esa época por aquí".

Mariví Pastor y Diana Vicente no se atrevieron a aventurar dónde podrían haber vivido estos hombres prehistóricos. Puestos a imaginar todo cabe, incluso que debajo del mismo castillo podría hallarse el lugar donde se situaba su asentamiento.

Todo el material encontrado ha sido depositado en el Museo de Huesca donde permanecerá hasta que se decida qué tipo de estudios se realizan. Las expertas explicaron que varias de las muestras de restos humanos se enviarán a un laboratorio especializado en Europa para hacer los análisis del Carbono 14 que permitan datarlos aunque no dará otro tipo de referencias sobre su modo de vida. "Estos datos nos los aportaría el asentamiento, no la cueva funeraria", explicó Mariví Pastor. "No obstante, sabiendo la época podemos comparar con cualquier otro poblamiento y sacar conclusiones similares".

También hay que hacer un estudio antropológico y con todos los datos que se obtengan y el estudio de los materiales se hará una informe que permita conocer qué tipo de sociedad formaban estas personas y como vivían.

La pequeña cueva que guardaba el osario prehistórico no se considera, en principio, que tenga que ser protegida dado que no queda nada en su interior. No obstante, dada la estrechez del lugar y la inmediatez con el barranco no se recomienda el acceso a las personas para evitar que puedan correr riesgos.

"Hubo un asentamiento cerca"

Vicente Baldellou, director del Museo de Huesca, afirmó que los restos procedentes de la cueva sepulcral del entorno del castillo de Loarre "son prehistóricos, seguro" y añadió que la presencia de este yacimiento indica "que hubo un asentamiento relativamente cerca, aunque no sabemos donde podía estar".

Este experto tampoco se atreve a descartar que pudiera tratarse de un grupo humano que se "moviera bastante".

Baldellou, que ha inspeccionado las piezas que las arqueólogas han depositado en los almacenes del Museo, prefiere ser prudente y esperar a que se realicen los estudios pertinentes antes de precisar la época a la que pueden pertenecer. "Por los materiales que yo he visto no es fácil establecer una cronología concreta. No obstante, yo diría que pueden ser de final del periodo Neolítico o de principios del Calcolítico".

De momento, el hallazgo, con ser importante, se circunscribe a la cueva funeraria. Baldellou explicó que este enterramiento puede ser de la misma época de los dólmenes y apuntó que restos humanos de la época de la que podrían datar los de Loarre se han hallado en dólmenes y en alguna otra cueva y que corresponden a enterramientos colectivos. Algunos de ellos se han encontrado en la provincia y otros en distintos puntos de la cuenca del Ebro. "Es un tipo de enterramiento bastante extendido geográficamente", comentó.

El director del Museo de Huesca señaló que se sabe que la provincia de Huesca está habitada desde el Paleolítico inferior.



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