Publicado en El Correo Gallego
Luis Negro Marco
Hace dos semanas que comenzaron en Pontevedra las excavaciones arqueológicas en torno a la iglesia de Santa María. Las actuaciones se llevan a cabo única y exclusivamente en las calles aledañas del templo, afectadas por las obras para instalar nuevas acometidas de luz, gas, telefonía y saneamiento. De hecho, uno de los objetivos principales de los arqueólogos es documentar los restos que van apareciendo de modo que, una vez realizado, se pueda levantar la cautela patrimonial para ejecutar el plan de saneamiento previsto. La empresa constructora de todas las infraestructuras es Varela Villamor, quien a su vez ha contratado a la empresa Tomos Arqueoloxía para realizar las excavaciones previas y preceptivas previstas por la Ley de Patrimonio. El director de los trabajos arqueológicos es el arqueólogo lugués Javier Chao Álvarez, quien dirigió también en 2005 los sondeos arqueológicos en la Plaza de Abastos en Santiago. Las excavaciones se prolongarán, previsiblemente, hasta enero de 2008.
Los arqueólogos trabajan actualmente en las calles de Isabel II y la avenida de Santa María, y en breve comenzarán también en las calles próximas al teatro Principal de la ciudad. Queda para un futuro proyecto la excavación en la zona de O Campillo, donde se presupone se conservan los lienzos primigenios de la antigua muralla de Pontevedra, del siglo XII. En cuanto a la zona del Lampán dos xudeos, en la avenida de Santa María, los sondeos arqueológicos realizados en mayo pusieron al descubierto unos muros que, a criterio de Javier Chao, podrían pertenecer a las antiguas Torres Arzobispales de la ciudad de Pontevedra. Respecto al cementerio judío, que se especulaba podría estar ubicado también en esta zona, Javier Chao sostiene que es muy improbable que así fuera. Y eso, según explica, porque los judíos tenían la costumbre de ubicar sus necrópolis extramuros de la ciudad, ya que asociaban la muerte con la impureza y, por tanto, impropia de estar en el espacio urbano habitable.
Pero lo que sí ha encontrado el equipo de arqueólogos dirigido por Javier Chao en las actuales excavaciones en torno a la iglesia de Santa María ha sido la necrópolis cristiana medieval. La misma tuvo una pervivencia, al menos, desde el siglo XVI hasta finales del XIX. Además, a juicio del director de las excavaciones, es muy probable que el interior de la iglesia de Santa María, guarde bajo su pavimento una necrópolis medieval muy anterior, que se remontaría al siglo XIII, coincidiendo con las primeras fases de construcción del templo. Hasta el momento, las excavaciones en torno a Santa María, expone Javier Chao, han permitido localizar 60 esqueletos diferentes, enterrados en 23 fosas. Es decir, se utilizó la misma fosa para enterrar hasta a tres personas distintas. Asimismo, en el sondeo efectuado junto a uno de los contrafuertes de la iglesia, se localizaron un total de 18 esqueletos diferentes en una misma fosa, correspondiente al siglo XVIII. Ello indica claramente que, en algún momento de ese siglo, se produjo una gran mortandad, cuyas causas los arqueólogos desconocen, pero que bien pudo deberse a una epidemia o un cruento episodio bélico. Javier Chao apunta al respecto que se tienen noticias orales de que durante las guerras napoleónicas, los muros exteriores de la iglesia de Santa María sirvieron de improvisado paredón sobre el que los soldados del águila imperial habrían fusilado sumariamente a un gran número de personas de la localidad de Pontevedra. No obstante, hasta el momento, los arqueólogos no han encontrado evidencias de aquellos luctuosos sucesos, aunque no se descarta que se encuentren más adelante.
En cuanto a las personas de época medieval enterradas en la necrópolis en torno a la iglesia de Santa María, Javier Chao comenta que son de edad muy variable, habiendo tanto cuerpos de hombres como de mujeres, y de niños como de personas adultas. Pero lo que más llama la atención es que los cuerpos no presentan ningún tipo de resto material asociado. Ni trazas de ropa ni adornos. Y es que en la Edad Media, relata Chao, a diferencia de nuestros días, la costumbre era enterrar al difunto totalmente desnudo. A lo sumo, envuelto en un sencillo sudario. La fosa, con la forma ligeramente antropomorfa, se excavaba directamente sobre el suelo natural, y los cadáveres eran depositados en ella boca arriba, con las manos entrelazadas, apoyando a lo largo de la cadera. La cabeza del difunto se orientaba hacia poniente, y los pies hacia el naciente. De manera que el fallecido quedaba mirando hacia el Este, que es por donde nace el Sol, símbolo para los cristianos de la vida futura más allá de la muerte, recordando la resurrección de Cristo.
En días próximos, las excavaciones arqueológicas, comenzarán también en las calles próximas al teatro Principal de Pontevedra, donde estuviera ubicada la antigua iglesia de San Bartolomeu o Vello. Los sondeos allí realizados durante el pasado mes de mayo, según comenta su director, Javier Chao, desvelaron la presencia de unos muros medievales, que seguían la misma traza urbana que la actual, y otros que posiblemente estaban relacionados con el atrio de la citada iglesia. Aún así, el hallazgo más significativo de estos sondeos fue el descubrimiento, en la calle Gómez Charino de un empedrado de cantos rodados, constituyendo un pavimento que recuerda mucho el de las calzadas romanas. La presencia de tégula (teja) romana reforzaría la tesis del arqueólogo director de que los restos localizados podrían pertenecer a una calzada romana que atravesaba la ciudad de Pontevedra. Así las cosas, Pontevedra está recuperando una gran impronta de su rico pasado histórico.
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