Publicado en La Opinión de Zamora
Susana Arizaga
Las excavaciones que se llevan a cabo en El Castillo han dejado al descubierto la capilla de la fortaleza, aún por datar pero que seguramente podría haberse construido entre los siglos XIV y XV, según las primeras estimaciones. Entre los nuevos hallazgos en el cuerpo residencial del conjunto se encuentran estancias complementarias, enterradas también bajo el pavimento de las antiguas aulas, talleres y laboratorios de lo que fue la Escuela de Artes y Oficios.
El pequeño edificio religioso, de uso exclusivo para la fortaleza, apareció a 2,20 metros del nivel al que se encontraban las dependencias educativas. Conserva el perímetro del templo, el último pavimento que tuvo, de baldosas de barro, y el pequeño altar, que es de época posterior a la construcción, explica el director del proyecto de rehabilitación de la fortificación, Francisco Somoza.
En estos momentos no se puede precisar el estilo al que pertenece el edificio en la que los «restos de ménsulas y pilastras hacen suponer que el techo era abovedado». Tampoco se puede precisar en qué siglo se levantó, «los arqueólogos están analizando las características de la capilla para datarla», prosigue Somoza. Esos estudios «asocian su construcción a la época pleno-medieval», precisa la arqueóloga del Servicio de Cultura de la Junta de Castilla y León, Hortensia Larrén. Es posible, según las hipótesis barajadas, que su uso religioso se extendiera hasta el siglo XVIII», añade Larrén, lo que vendría avalado por «la existencia de un plano del año 1714 que está en el Archivo Histórico Nacional, recogido en la publicación "Castillos y fortalezas de Castilla y León"».
Del mismo modo se están estudiando las estancias complementarias halladas para concretar el uso que pudieron tener, si bien no se descarta que algunas sirvieran para almacenaje, indica Somoza. Se distribuyen alrededor del patio de armas, a la derecha, y están situadas a una profundidad de 2,2 metros sobre el nivel de ese espacio central, que también será excavado en esta fase de las obras.
Estos últimos descubrimientos han tenido lugar bajo los primeros niveles de la planta baja de usos más recientes (dependencias de la antigua Escuela de Artes), donde se ha excavado hasta una profundidad de 2,2 metros alrededor del patio de armas.
Larrén subraya la información que aún esconde el recinto y que se concreta a medida que avanzan las excavaciones. La arqueóloga incide en que «existen transformaciones del uso militar del recinto hasta el siglo XIX y lo que se ha visto es cómo las sucesivas obras de uso del edificio (como cárcel en 1902, escuelas de ingeniería, de Artes, por ejemplo) han influido de forma impresionante sobre las estructuras anteriores» a esas etapas.
Visitas abiertas a los ciudadanos tras concluir la primera fase de las obras
Las obras de El Castillo no sólo están rehabilitando la construcción en sí, sino la importancia de una fortaleza que tuvo un peso destacado en la historia de la ciudad. Los resultados del proyecto realizado con fondos europeos para convertirlo en el Museo de Baltasar Lobo coloca a quien lo contempla ante un castillo «impresionante», apunta el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Zamora, José Luis González. De esta riqueza monumental pronto podrán disfrutar los ciudadanos, puesto que González anuncia la organización de «visitas controladas una vez concluida esta primera fase de los trabajos». Todo a punta a que en enero será posible abrir la fortificación al público, posiblemente a final de mes, «para que este monumento histórico pueda ser contemplado» por los zamoranos, declara el concejal del equipo de Gobierno del PP.
Las obras están siendo «una continua sorpresa» tanto para técnicos encargados de las mismas como para los políticos, dada la importancia de los hallazgos que aparecen constantemente y contribuyen a «engrandecer el recinto», en palabras del director del proyecto, Francisco Somoza. La arqueóloga de la Junta de Castilla y León, Hortensia Larrén, pone el acento en que en «las excavaciones se están viendo momentos anteriores a la ocupación de la ciudad y cómo las estructuras medievales se utilizan, en parte; y, en parte, se transforman para la construcción del espacio cuartelario».
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