Publicado en HOY
Juan Soriano
El monumento emblema del patrimonio emeritense desvela nuevas sorpresas. Las excavaciones que se vienen realizando en los últimos meses en el Teatro Romano de Mérida han sacado a la luz restos que explican el funcionamiento de la tramoya del edificio en época antigua, que incluía un estanque y varios elementos aún por analizar.
Estos trabajos, que se han centrado en la escena, corresponden a la tercera fase de las excavaciones que se vienen realizando en el Teatro Romano de Mérida desde el año 2006 en distintos puntos del edificio dentro del proyecto de investigación 'Teatro y Anfiteatro de Augusta Emerita: Documentación, investigación y presentación de dos edificios de espectáculo de época romana', en el que participan especialistas de toda Europa bajo la coordinación del Instituto de Arqueología de Mérida. Las primeras conclusiones de los trabajos se expondrán la próxima semana en un congreso que tendrá lugar en Jordania.
Los trabajos de las campañas anteriores se centraron en el peristilo y en la zona exterior del Anfiteatro y ya arrojaron resultados sorprendentes.
Tras estas dos primeras fases, desde comienzos de este año se está acometiendo en la escena del Teatro la última campaña de excavaciones arqueológicas del proyecto, que se desarrollará durante todo 2009.
El Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, organismo dependiente de la Junta de Extremadura, acomete la intervención, que cuenta con el apoyo de los alumnos de la Escuela Taller del Ayuntamiento emeritense.
Un espacio poco conocido
Como recuerda el Consorcio, la escena fue excavada por José Ramón Mélida y Maximiliano Macías en 1910, «pero hasta nosotros han llegado pocos datos publicados de sus hallazgos». Por ese motivo, las excavaciones actuales tienen el objetivo de documentar los restos existentes bajo la arena de la escena actual y aportar más luz sobre esta zona del monumento.
Para ello, se han abierto cortes a ambos lados de la puerta principal del frente escénico, que han sacado a la luz vestigios que explican el funcionamiento de la tramoya del Teatro en época antigua, así como estancias subterráneas, estanques y subestructuras relacionadas con el funcionamiento del teatro como espacio dramático.
La excavaciones han sacado a la luz restos vinculados al desarrollo de las obras, como los huecos donde se clavaban los palos que sujetaban el telón; junto a elementos de los que aún se desconoce su función, como un estanque y una estructura de granito.
Reformas importantes
Junto a esto, las excavaciones confirman que se llevaron a cabo reformas sustanciales en el edificio augusteo que propiciaron un nuevo frente escénico años después de su construcción. Estas modificaciones se realizaron en la segunda mitad del siglo I después de Cristo y arrojaron un diseño que «se corresponde con el que posteriormente fue reconstruido y que hoy podemos contemplar».
De hecho, una de las dificultades más importantes de los trabajos que se están desarrollando en la escena es conocer si los restos que están apareciendo corresponden al edificio original del siglo I antes de Cristo o si obedecen a añadidos posteriores.
Según indica el Consorcio, las excavaciones se interrumpirán en la escena del teatro desde el mes de abril hasta octubre, para poder compatibilizar su uso con los diversos festivales y actos públicos que protagoniza el edificio en el verano, desde el Festival Juvenil Europeo de Teatro Grecolatino que tendrá lugar a finales de abril hasta el Festival de Mérida que se celebrará en julio y agosto, sin olvidar los miles de turistas que pasarán por el recinto durante la Semana Santa. En octubre volverán a empezar las excavaciones, que a partir de ese momento se centrarán en las puertas laterales del frente escénico.
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