El esqueleto de un amerindio muerto por bala, el primero jamás descubierto, ha sido desenterrado por un arqueólogo peruano en un cementerio inca cerca de Lima, anunció ayer en Washington el equipo arqueológico asistido por la National Geographic Society.
Se trata del primer caso contrastado de una persona muerta por bala en el Nuevo Mundo, hace unos quinientos años, en la época de la conquista española de América. El hombre hallado podría haber fallecido en combates contra Francisco Pizarro, que asedió Lima durante el verano de 1536. "Por primera vez hemos identificado los restos humanos de un indígena muerto durante la conquista", afirma el arqueólogo peruano Guillermo Cock. Con su equipo, ha encontrado 72 cuerpos en un cementerio inca en los arrabales de Puruchuco, cerca de Lima, durante unos trabajos previos a la construcción de una carretera.
Enterrados a toda prisa y a poca profundidad; sin los ritos tradicionales que obligaban a que los cuerpos estuvieran orientados hacia el este, todos estos indígenas parecen haber sido las víctimas de un enfrentamiento con los conquistadores. Uno, con seguridad, murió de un balazo en la cabeza. Otros dos cuerpos muestran indicios de heridas de bala que todavía hay que confirmar científicamente, ha señalado el arqueólogo.
Después de las búsquedas realizadas en 2004 y 2006, el cuerpo con el cráneo agujereado ha sido analizado con un microscopio electrónico por científicos del Instituto de Ciencia Médico-legal Henry Lee, en Connecticut (EE UU). Han detectado la presencia de trazas de hierro en la zona posterior del cráneo, en torno al impacto del proyectil, seguramente de una bala de mosquete, un arma de fuego que se comenzó a usa en Europa a principios del siglo XVI."Por primera vez tenemos la prueba material de lo que fue la conquista", afirma Cock durante la presentación en Washington. "Hasta el momento sólo teníamos los relatos escritos de los cronistas españoles. Contábamos con descripciones, pero no de pruebas materiales. Es algo único", señala el arqueólogo. La mitad de los 72 cuerpos descubiertos presentan indicios de heridas resultantes de violencia extrema. "Algunos han sido destrozados", señala Cock evocando los tajos profundos y los empalamientos causados por las armas europeas.
Noticia completa en El País
No hay comentarios:
Publicar un comentario