Publicado en Terra
La especial atención que requiere el uso por el público del patrimonio monumental español y las fórmulas para su disfrute sin dañarlo son parte importante de los debates de la IV Bienal de Restauración Monumental que estudia hasta el domingo la memoria histórica del periodo de restauraciones 1975-2000.
Este aspecto del uso de los monumentos lo destaca en declaraciones a Efe Julián Esteban Chapaparía, secretario de la Academia del Partal, que codirige la parte científica de estas jornadas, que se celebran en la Fundación Caja Madrid y que fueron inauguradas el jueves por el escritor José Jiménez Lozano.
'Es evidente que el camino recorrido esos 25 años estuvo cuajado de errores y problemas que, sin embargo, permitieron a esta disciplina avanzar', precisa el responsable de esa Academia creada en 1992 para profundizar en la tarea de restauración, con investigaciones que difunde en su revista anual 'Papeles del Partal'.
En esta Bienal la publicación recupera la memoria del arquitecto Leopoldo Torres Balbás, uno de los mejores restauradores que tuvo España en la época de la República, conservador de La Alhambra y el Generalife entre 1923 y 1936, cesado tras la guerra.
'Pese a ser represaliado y a que no pudo ejercer ya como arquitecto, Torres Balbás se mantuvo investigando y dejó un extenso trabajo sobre restauración, que a partir de 1975 se convirtió en referente de estudio y de preocupación por la repercusión social del patrimonio', destaca el experto.
Chapaparía codirige esta IV Bienal con Gabriel Morata, director de conservación de la Fundación Caja Madrid, la entidad privada que dedica más recursos a conservar el patrimonio y que organiza la cita en colaboración con la Junta de Andalucía.
El interés suscitado 'supera las expectativas' -dice-, al congregar a casi 400 especialistas de toda España que analizan ese último cuarto de siglo de restauración, sentando las bases para el siglo XXI.
'Fueron años de transformación en los que se produjo el complicado pero enriquecedor proceso de descentralización autonómica y los cambios de la ley de 1985', recuerda, y reitera la exigencia de una nueva ley que defina el papel de las comunidades autónomas y sus legislaciones sectoriales en relación con la general.
'De un desbarajuste se pasó a 17 desbarajustes', comentaba uno de los ponentes de este congreso, que aborda las actuaciones en los centros históricos, el papel de los poderes públicos y de las administraciones, el de la universidad y el de los profesionales.
Esteban recuerda que en la búsqueda de nuestras raíces, 'la arquitectura y la conservación de edificios son reflejo del mundo del poder y de una sociedad que va definiendo y construyendo sus signos de identidad'.
Así, la preocupación por conservar grandes catedrales y castillos se extendió a otras áreas inevitables a la hora de definir nuestra identidad como el patrimonio rural o el industrial, el propio territorio o los centros históricos, un modo de superar las visiones reduccionistas sobre nuestra historia.
Para Esteban Chapaparía, el papel de la memoria histórica en cuanto a restos materiales debe ser redefinido continuamente, y hoy, una vez atendida su financiación, lo que requiere son 'más cuidados para no sobrepasar los límites a los que debe someterse, porque quizás se esté abusando de las conmemoraciones'.
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Más información en la web de la IV Bienal de la Restauración Monumental
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