Publicado en La Voz Digital
Manuel Sotelino
El vehículo que la llevó a la arqueología fue la historia. Cuando estudiaba bachillerato era su asignatura favorita. Así que estudió historia y se especializó en arqueología. Después de algunos años trabajando en distintas exploraciones, Esperanza Mata Almonte ha llegado a ser una de las arqueólogas más conocidas en el gremio; y posiblemente de las más respetadas también.
Tanto es así que ahora preside ASPHA (Asociación de Profesionales del Patrimonio Histórico Arqueológico en la provincia de Cádiz) que pretende aglutinar a todos aquellos profesionales que trabajan alrededor de nuestro importante patrimonio. Muchos profesionales que se dedican al campo de la investigación, la divulgación o el estudio. «Pienso que la unión hace la fuerza y es necesario que los profesionales que estamos todos los días trabajando en algo que pertenece a lo público, como es el patrimonio, debemos estar también estructurados y organizados», comenta.
Esperanza Mata está especializada en el Paleolítico. Cuando comienza a hablar sobre sus trabajos en cuevas como en Gibraltar o en la cuenca del Guadalete, es cuando sale su verdadera condición de arqueóloga. «Es impresionante llegar a un lugar donde quizá no ha habido un humano en miles años», subraya. Y recuerda aquellos maravillosos años en los que «trabajé con Francisco Gil, director del Museo Arqueológico de El Puerto de Santa María, y con quien aprendí muchísimo». Como fruto de estas pesquisas, sostiene que se han podido recoger huesos de hipopótamos y rinocerontes en la ribera del río. «Unos restos que pueden tener alrededor de quinientos mil años», afirma.
Apasionante
Sin duda, una profesión que te permite descubrir los restos de un caballo de río que ha pastado por los alrededores de la campiña -o de lo que fuese en aquella época-, debe de ser apasionante.
Pero no sólo hace retrospecciones paleolíticas. Hay que ser un profesional en toda la extensión de la palabra. Así que nuestra arqueóloga, como profesional independiente, presta servicios a empresas que necesitan los servicios de un técnico a la hora de hacer cualquier movimiento de tierras en zonas catalogadas y perceptibles de poseer elementos históricos.
En Jerez no está Howard Carter ni se encontrará nunca la tumba de Tutankamon, aunque quizá podríamos llevarnos una sorpresa. Sin embargo, existen tesoros tan preciados como los de Egipto. Gracias a profesionales como Esperanza Mata hoy valoramos y reconocemos lo que fuimos. Nos aporta una perspectiva del pasado que no debemos perder. Profesionales como ellos posibilitan que, tengamos en cuenta que cualquier tiempo pasado también existió. Un pasado que, como en nuestro caso, viene de la mano de hipopótamos y rinocerontes salvajes.
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