J. Antón
Los judíos ultraortodoxos se oponen a cualquier manipulación de restos humanos de difuntos de su religión, sean de la época que sean. Esto, por supuesto, supone un grave problema para la arqueología, una de cuyas fuentes principales de información sobre poblaciones históricas son precisamente las necrópolis. El espinoso asunto afecta especialmente a los investigadores en Israel. El arqueólogo Ehud Netzer, por ejemplo, que excava en el Herodion, en Cisjordania, la que considera es la tumba de Herodes, no puede siquiera mencionar el hallazgo de restos humanos para que no se le presenten a parar las excavaciones. Pero también perjudica a investigadores de enterramientos judíos en cualquier parte del mundo, como en España.
Cataluña, concretamente, se ha encontrado en los últimos años con varios casos en los que ha estallado la polémica al protestar un sector de la comunidad judía por la excavación de las necrópolis medievales de Les Roquetes (Tàrrega) y Montjuïc (Barcelona). En el primer caso, se llegó incluso a realizar, pese a la viva oposición de los arqueólogos, un reenterramiento de los restos de 228 judíos (asesinados en un pogromo en 1348) con un estricto ritual conforme a la Halajá, la ley judía, y orquestado por un rabino, como si hubieran muerto en la actualidad y no hace más de 500 años.
Protocolo
Los arqueólogos catalanes, estupefactos, pues consideran que la investigación científica no se puede subordinar a las creencias escatológicas de un colectivo, han pedido un protocolo al que atenerse al excavar necrópolis hebreas.
Con el objetivo de debatir esta problemática y contribuir a la búsqueda de soluciones, el Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona ha organizado para mañana y el viernes unas jornadas sobre arqueología y musealización de necrópolis históricas centradas en los cementerios judíos. Participan en ellas reconocidos expertos de diversos países, entre ellos, Israel. Además de los casos catalanes, se debatirán los de las necrópolis judías de Sagunto, Sevilla y Lucena (Córdoba). Las jornadas se celebran en un momento políticamente complicado por la guerra de Gaza y las protestas contra Israel. Así que los responsables municipales de los que depende el museo se han apresurado a subrayar que no se trata, en ningún caso, de un enfrentamiento con la comunidad judía.
Noticia completa en El PaísEl verano de 2007, di cuenta ya de este conflicto en tres noticias: En primer lugar, Del Las comunidades judías detectan «problemas» en exhumaciones de la necrópolis (26 de julio 2007),, el 31 de julio, se entregaron los restos hallados en la necrópolis judía de Tàrrega, de lo que se quejaron los arqueólog@s en una carta abierta (12 de agosto de 2007)
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