N. Cavia
La Torre del Almirante Pero Niño cumplirá el próximo 12 de enero un año desde su apertura como torre musealizada en torno a la Edad Media y la biografía del Conde de Buelna, Pero Niño. Lo hará con un buen dato en cuanto a las personas que han pasado por las nuevas instalaciones que alberga ese edificio militar. El alcalde de San Felices de Buelna, José Antonio González Linares, explicaba ayer que en el último año se han contabilizado más de 6.000 visitas, todo un hito para una torre que hace apenas unos años estuvo a punto de declararse en ruina.
Se ha convertido en lo que siempre debió ser, un referente patrimonial y turístico del municipio, y por ello los proyectos no paran y ya se piensa en la mejora del entorno. Francisco Javier López Marcano, consejero de Cultura, Turismo y Deportes del Gobierno de Cantabria, ya avanzó en su última visita al municipio que, tras el acuerdo administrativo con el Ayuntamiento para sufragar el gasto que suponen las dos personas contratadas para ese museo, se trabaja en el desarrollo de un proyecto de adecentamiento del entorno, mejora del parque que se sitúa al sur de la torre y la posible demolición del edificio que albergó en su día las aulas de la Tercera Edad para poder incrementar la zona de esparcimiento y lograr un gran parque público junto a uno de los edificios emblemáticos de San Felices de Buelna y Cantabria. Desde luego, las muchas visitas a la torre revalorizan ese proyecto, especialmente de cara a la llegada del buen tiempo.
Arquitectura militar
El edificio es un referente para toda la región. Y es que la Torre de Pero Niño, o de Aguilera, domina desde su ubicación todo el Valle de Buelna. Es el edificio más antiguo de San Felices y el mejor conservado ejemplo de arquitectura militar de la Baja Edad Media en Cantabria. Algo que, en la visita al museo, permite a quien se acerca al barrio de Sovilla, disfrutar tanto del contenido como del continente.
Hizo falta entrar en el siglo XXI para comenzar a pensar en que la rehabilitación de la torre era posible. El 6 abril del año 2000 el Consejo de Gobierno acordaba aprobar el proyecto básico de restauración y acondicionamiento de la Torre de Pero Niño, promovido por el propio Ayuntamiento de San Felices de Buelna que ya presidía José Antonio González Linares. Las obras comenzaban a finales de aquel 2000 y, después de acometer el proyecto de reforma en tres fases, en el año 2004 comenzaba una nueva etapa, la de diseñar el interior para albergar un museo.
El Consejo de Gobierno de Cantabria aprobaba, en abril de 2006, la delimitación del entorno de protección de la torre medieval de Pero Niño, en Sovilla, Bien de Interés Cultural del patrimonio regional. El 12 de enero de 2008 el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Francisco Javier López Marcano, y el alcalde de San Felices de Buelna, José Antonio González Linares, entre otras muchas autoridades, inauguraban el centro de interpretación medieval de San Felices de Buelna, en medio de la expectación de decenas de vecinos que se acercaron a ver por primera vez una torre bien distinta a las cuatro paredes que habían conocido hasta pocos años antes. Y como última fecha a destacar, a finales del año pasado celebraba su 25 aniversario como monumento histórico artístico de carácter nacional, declaración que data, en concreto, del 13 de octubre de 1983.
Planta a planta
Sobre el hilo argumental del Conde de Buelna se teje el discurso expositivo que incorpora en la planta baja una presentación del patrimonio de la zona de Buelna: sus cuevas prehistóricas (Sovilla y Hornos de la Peña), los castros y el campamento romano, las estelas gigantes o la calzada.
Para darle relieve se ha optado por una presentación basada en la tecnología multimedia y en la humanización de todo el discurso expositivo mediante ocho actores que han recreado escenas de la trayectoria de Pero Niño, su investidura como caballero o la concesión del título de conde, y otros cinco actores de doblaje para las voces y recursos sonoros.
La primera planta introduce al visitante en una torre medieval, en los libros de caballería y en una pirámide feudal mediante recursos como el teatro virtual con hologramas. La segunda planta se concibe como una gran escenografía con personajes ataviados conforme a los gustos de la época, a partir de figuras de magistral calidad de ejecución en cuanto a las carnaciones y la epidermis. Acoge una completa muestra de armamento de la época y la evocación de la práctica de la cetrería.
Por último, la tercera planta despliega el ciclo narrativo de la biografía de Pero Niño novelada en El Victorial y presenta mediante recursos multimedia sus campañas militares.
Noticia completa en El Diario Montañés
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