Juan García
La Dirección General de Patrimonio Cultural del Principado de Asturias ha destinado 12.000 euros de inversión para el estudio sobre el estado de conservación de las pinturas murales de la iglesia riosellana de San Salvador de Moru, ubicada en el núcleo rural de Nocéu. El trabajo le ha sido encomendado a la experta restauradora Natalia Díaz Ordóñez que este mismo mes iniciará su análisis. El objetivo pasa por establecer el origen de los frescos y definir las causas exactas de su deterioro para que, una vez completado el diagnóstico, puedan marcarse las pautas y el método de trabajo a seguir para su futura restauración. Teniendo en cuenta que buena parte de la techumbre del templo llevaba más de siete décadas derruida y que el edificio presenta un estado absoluto de ruina, las patologías a las que deberán enfrentarse los expertos restauradores son muchas. Antes habrá que rehabilitar los muros y tejados de la iglesia.
Las pinturas murales de la iglesia de San Salvador de Moru están basadas en motivos sacros. En ellas, que se vea, están representados dos Ángeles Custodios y un Pantocrátor (Dios Padre). Su datación aún no está clara, pero teniendo en cuenta que se trata de una iglesia románica del siglo XIII, los frescos podrían pertenecer a los siglos XVI o XVII. Es más, según los expertos, podríamos estar ante las pinturas más importantes de su época en el Principado de Asturias. El estudio que dirigirá Natalia Díaz Ordóñez revelará datos fidedignos sobre su verdadera importancia.
Con esta subvención, el Principado da respuesta a una reivindicación vecinal planteada por los pueblos de la parroquia de Moru en los últimos años. Una demanda que encontró a su primer valedor en la figura del hasta hace poco director general de Promoción Cultural, José Adolfo Rodríguez Asensio. Él fue quien impulsó este primer estudio, aprobado ahora por su sucesor en el cargo, José Luis Vega Álvarez. Con este último se reunirán los representantes de la Asociación Cultural Iglesia de Moru el próximo viernes 16 de enero «para hablar sobre las pinturas y sobre el templo, pero sobre todo para conocer su disposición a la futura rehabilitación del edificio», aseguró Daniel Fernández Malvárez, presidente del colectivo. «Es necesario y urgente algún trabajo de contención para evitar que los muros que aún están de pie se vengan a bajo», añadió Malvárez.
Este joven colectivo vecinal ha dado un paso de gigante en la búsqueda de soluciones a sus reivindicaciones. Ahora sólo espera seguir avanzando en el 2009. Actualmente son más de un centenar las personas que forman parte de la asociación, «entre parroquianos residentes y veraneantes habituales». «Estamos abiertos a todo tipo de incorporaciones que con su ánimo y aliento quieran echarnos una mano», añadió el presidente.
La iglesia parroquial de San Salvador de Moru es uno de los escasos templos asturianos que continúan derruidos desde la contienda civil española. Fue incendiado poco después del inicio de la guerra, en el mismo verano del 36 y desde entonces continúa abandonado. Ha cumplido 72 años de continuo deterioro, pero los actuales parroquianos confían en sacarlo definitivamente del ostracismo. Para mantener viva esa llama reivindicativa, recientemente acogió un doble bautismo. Dos jóvenes matrimonios, uno de ellos residente en el concejo y el otro con raíces en la parroquia, quisieron arropar a sus pequeños retoños en las desvencijadas paredes de este templo. Además, y a pesar de su penuria arquitectónica, anualmente acoge las celebraciones patronales, cada vez más numerosas.
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