10 enero 2009

Ultimo adiós a Juan

Publicado en El Faro

Medalla de Oro de la Ciudad, Faro de Oro en agradecimiento a las extensas y cuantiosas colaboraciones que publicó durante toda su vida en este medio y ejemplo de humanidad.

Juan Bravo decía adiós para siempre a su Ceuta natal a los 88 años de edad, rodeado de toda su familia en Granada. Se escribía así el último episodio de la vida de quien ha sido un ejemplo a seguir en la investigación arqueológica submarina a la que llegó de forma particular, con mucha voluntad, convirtiéndose en todo un referente por sus descubrimientos no sólo en Ceuta sino en todo el país.

Juan Bravo, que gustaba acercarse a este Faro a presentar los artículos correspondientes a los viajes de su hijo, heredero de su afición, deja huérfana un área que ayer recibía con tristeza la noticia de su muerte.

Las inquietudes de Juan, sus investigaciones de alcance incluso mundial le han convertido en una figura destacada. Pero no más que su valía personal, su humildad y su talla humana, que le convirtió en un ejemplo a seguir para todos.

Sus restos serán trasladados con posterioridad a Ceuta, aunque el velatorio tendrá lugar en el cementerio de Granada, tal y como ayer informaba su familia. Aquí, en su Ceuta, se le podrá aportar esa despedida a quien ha sido todo un señor. Los lamentos por su pérdida fueron genéricos desde todos los ámbitos, también desde esta Casa en donde tenía buenos amigos.

La asociación Septem Nostra quiso mostrar su pesar por la pérdida de quien ha sido persona fundamental en la arqueología submarina, habiendo aportado datos relevantes para el conocimiento de la historia de Ceuta, de su patrimonio y del ámbito submarino y de la navegación. Defensor del patrimonio arqueológico, sus contribuciones al Museo Arqueológico de la ciudad son destacadas, disponiendo de una de las colecciones de anclas antiguas y ánforas más importantes.

Con la pérdida de persona tan básica en la cultura ceutí, Septem Nostra quiso hacer hincapié en la humildad de Bravo, que ha sido “todo un lujo para los ceutíes”. Juan Bravo fue el primer instructor nacional que se tituló en el país, siendo reconocido con la medalla de oro de la Federación de Actividades Subacuáticas de la Delegación Nacional de Deporte, efectuando múltiples e interesantes publicaciones sobre este ámbito, dando extensión a su vocación por el mar.


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