15 febrero 2007

El ritual de los tres vuelcos

Vía: ADN
Anuschka Seifert

La olla podrida, escudella i carn d'olla catalana, la olla colorao, el cocido de sota, caballo y rey burgalés, la sopa y bullit de Baleares, el cocido nupcial de siete carnes canario, l'olla de tres abocás valenciana, la presa de predicador de Aragón... Todos son variedades de una misma idea, aunque con distintas historias detrás.

Tienen su raíz en la adafina judía del siglo XV. Los viernes, los judíos preparaban un cocido de garbanzos con carne de cordero. El recipiente era una olla de barro que se dejaba junto al fogón mientras se cocinaba a fuego lento durante toda la noche para poder comerlo el sabbath, el sábado, su día santo de descanso, en el que no se podía trabajar ni cocinar. La receta podía contener cebollas y otras verduras que se condimentaban con especias como canela y clavo. La adafina se sirve caliente y tiene el rito de los tres vuelcos, como los otros cocidos: primero se toma la sopa y después la carne y la verdura.

Cuando los Reyes Católicos persiguieron al pueblo gitano y echaron a los árabes y a los judío-españoles, muchos se convirtieron en cristianos para escapar del cruel pogromo. Los "cristianos nuevos" seguían en el punto de mira de la Inquisición. Para ocultar que uno seguía rezando la Torah, añadía incluso carne de cerdo -prohibida para cualquier judío-. El cocido, entre muchas otras cosas, también fue símbolo de creencia.

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Ilustra este post una página del "Llibre de Sent Soví" el libro de cocina catalán más antiguo. Podrás encontrar más información sobre historia de la gastronomía en afuegolento.net.
Web del Observatorio de la Alimentación de la Universidad de Barcelona (ODELA), que dedica buena parte de sus esfuerzos a estudiar la Historia de la Alimentación.