Publicado en El Adelantado de Segovia
Guillermo Herreo
La segunda campaña de excavaciones en el yacimiento de Los Casares (Armuña) ha permitido a los arqueólogos, dirigidos por Jacobo Storch de Gracia e Isabel Rodríguez López (Universidad Complutense de Madrid), descubrir un mosaico geométrico de al menos nueve metros de longitud. Aunque este hallazgo ha constituido la principal sorpresa de la actual campaña de excavaciones, lo cierto es que los expertos ya intuían que un descubrimiento así era posible, ya que el verano pasado aparecieron en el mismo lugar numerosas teselas (cada una de las piezas con las que se forma un mosaico).
El hallazgo del mosaico confirma la relevancia que tuvo en los primeros siglos de nuestra era el yacimiento de Los Casares, algo que ya presagió, a finales de los años 80, el director del Museo de Segovia, Alonso Zamora, quien realizó unas fotografías aéreas que revelaban la existencia de estructuras soterradas en dicho lugar. Pocos años después, Julio del Olmo volvió a repetir el experimento, con igual resultado. Pero habría de ser Eloísa Antón, una historiadora afincada en Armuña, la que impulsara definitivamente un proyecto de investigación en el yacimiento.
En el verano de 2006, y gracias a una subvención de Caja Segovia, un grupo de arqueólogos comenzó a trabajar en Los Casares, realizando un somero estudio del lugar. Los mismos investigadores retomaron el trabajo recientemente, y ha sido ahora cuando han empezado a obtener resultados a su esfuerzo. Según explicó ayer Storch de Gracia, los materiales recogidos corroboran que el yacimiento de Los Casares estuvo ocupado desde la segunda mitad del siglo I después de Cristo hasta el siglo IV, no habiéndose descubierto estratos superiores de época medieval.
¿Y qué es lo más llamativo de Los Casares?. “No existe en Castilla y León una villa romana de esta importancia en una fecha tan temprana, por lo que ésta nos podría dar una idea de como fueron las primeras villas en el centro de España”, señala Storch de Gracia. La teoría más difundida entre los expertos asocia la construcción de Los Casares con la explotación cerealística de su entorno.
La villa de Los Casares tiene forma de “U”, y se configura en torno a un gran estanque o piscina central, de dieciocho metros de largo y cinco de ancho. Y en su borde exterior es donde ha aparecido precisamente el mosaico, que todavía no ha sido descubierto en su integridad. Storch de Gracia considera que el agua llegaba a la villa desde alguno de los manantiales cercanos. Como suele ser habitual en las villas romanas, los arqueólogos también han recogido numerosos fragmentos de terra sigillata, en este caso fechados entre el siglo I y el IV después de Cristo. Además, el profesor de la Complutente espera que se pueda recuperar “un conjunto pictórico interesante”, a tenor de los restos encontrados.
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