Publicado en Las Provincias
B. Rodrigo, P. Moreno
El Ayuntamiento tiene desde 2002 un informe con la localización en la Gran Vía Germanías de un refugio antiaéreo que ha salido a la luz en las obras de la línea T-2 del metro, y que el conseller de Infraestructuras, Mario Flores, calificó de “casual”, lo que repitió ayer en los pasillos de Les Corts, donde reiteró que no supondrá ningún retraso ni coste añadido en el túnel del suburbano.
El refugio, de 40 metros y dos túneles abovedados, es una de las 258 instalaciones de este tipo que se construyeron con motivo de la Guerra Civil en Valencia. El autor del informe fue el presidente del Colegio de Arquitectos, Francisco Taberner, quien dijo ayer que hizo de cada uno “una ficha” con las características que pudo documentar. La construcción se encuentra junto a la confluencia de la calle Cádiz.
¿Cómo se iniciaron las obras del metro sin saber de la existencia del refugio? Cada empresa que realiza una obra en el subsuelo pide en el Ayuntamiento la relación de instalaciones afectadas. Según indicaron ayer fuentes municipales, la respuesta se centra en servicios como el agua potable, el alcantarillado, el cableado eléctrico y el gas ciudad. Quedan fuera, por lo tanto, construcciones como los refugios o incluso los aparcamientos.
“La información de los refugios no la tenemos nosotros”, precisaron en la concejalía de Ordenación Urbana, delegación que aglutina las actuaciones que se realizan en la vía pública. En caso del centro histórico y el entorno de monumentos protegidos, las empresas están obligadas a “pedir un informe a los arqueólogos municipales”, si la excavación supera el metro de profundidad.
Flores dijo que “no tenían ni la menor idea” de la existencia del refugio antiaéreo, cuando ayer mismo, en el barrio era un comentario común entre las personas mayores que el subterráneo se había utilizado hasta como iglesia unos años después de la guerra, al albergar la parroquia de San Andrés de manera provisional.
Sin embargo ayer desde Patrimonio también se desconocía qué iglesia había estado en este refugio cuando esta está perfectamente documentada en el Arzobispado.
Jaime Sancho, presidente de la comisión de Patrimonio del Arzobispado, se refería ayer a este refugio donde se emplazó temporalmente la iglesia hasta que se edificó pocos años después en su actual ubicación en la calle Colón, explicó.
El informe que las consellerias de Cultura e Infraestructuras transmitieron ayer a los medios de comunicación decía: “El elemento más curioso de este refugio es su posterior utilización como capilla o lugar de culto al final de la Guerra Civil, como parece reflejar la presencia de dos hornacinas”.
En todo caso, subrayaron fuentes de Infraestructuras al conocer la existencia del informe de Taberner por este periódico, la modificación no afectará a los plazos de la obra y las calles estarán abiertas el próximo 1 de marzo.
El “hallazgo” del refugio fue motivo ayer de debate en el seno de la comisión de Cultura. El concejal socialista Juan Soto solicitó que “toda la red de refugios antiaéreos de la ciudad” construidos durante la Guerra Civil “sean declarados bienes de interés local” y “puestos en valor, permitiendo su visita o que se usen como museos”.
Soto, que realizó esta declaraciones a Europa Press, destacó que “hay que ir más allá de su conservación y protección” y que “habría que permitir la accesibilidad e impulsar su puesta en valor”.
El edil comentó haberse “alegrado mucho” porque la concejala de Cultura, María José Alcón, le informó de que ha encargado al servicio de Patrimonio Histórico “un informe sobre las posibilidades, usos, conservación y recuperación” del refugio de la época la Guerra Civil, lo que no fue confirmado por fuentes del gobierno municipal.
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