Publicado en El Heraldo de Aragón
Soledad Campo
Las nuevas áreas y estructuras que han salido a la luz durante las excavaciones arqueológicas en el Hospital de Santa Cristina de Somport permitirán a los historiadores reconstruir un poco más la "vida azarosa" de este centro de referencia en las peregrinaciones jacobeas. En esta campaña, la más larga de los últimos años con sus tres meses de duración, se ha avanzado en los frentes sur y norte, que han deparado interesantes hallazgos.
En la zona sur del conjunto se ha localizado la antigua claustra, cuya existencia se conocía por documentos del siglo XVI. Junto a ella se ha descubierto una necrópolis de la que no se tenía constancia, todavía sin fechar, de la que se han exhumado nueve cuerpos completos de adultos y niños y varios restos óseos. En la parte norte se han terminado de recuperar los restos del ábside románico, que permitirán conocer cómo era la cabecera de la iglesia. Asimismo se han descubierto los vestigios de un edificio aislado de los siglos XVI y XVII que podría corresponder a la Casa Nova, cuyo uso no está claro, pero que se halla en el lugar donde se encontraba el mesón.
Entre los principales elementos que han aparecido, el director de la actuación, el historiador José Luis Ona, destaca algunas monedas que se están estudiando y un colgante de azabache con un grabado de Santiago peregrino. "Se trata de una pieza preciosa, que está intacta, de unos 7 centímetros de altura y con los dos orificios para pasar el control", describe. Asimismo se han desenterrado una tijera completa y varios relieves románicos que fueron reaprovechados como relleno para la construcción de muros de épocas posteriores.
Mención especial merecen los materiales cerámicos tanto franceses como españoles. A la cerámica gala bearnesa de Garòs surgida en 2006 se ha sumado en esta ocasión "un servicio completo de cocina (platos y alguna escudilla) procedentes de talleres cercanos a Toulouse, muy llamativa por su decoración vidriada con colores verdes y amarillos", subraya José Luis Ona. "Aparentemente no penetraron demasiado en Aragón, pero sí hemos detectado su presencia también en el Hospital de Benasque". También se ha hallado cerámica de reflejos metálicos de Muel, de los siglos XVI y XVII y ollería en verde de los talleres de Jaca.
El "azaroso" devenir que tuvo este establecimiento fronterizo ha quedado patente en las hasta cuatro fases de construcción que se han detectado en algunas dependencias "desde la primitiva época medieval hasta la última del siglo XVIII, lo que viene a demostrar que hubo muchas destrucciones y reconstrucciones - explica José Luis Ona-, y arqueológicamente se ha evidenciado la profusión de fases y reformas". Por ejemplo, menciona que en el último siglo de vida de Santa Cristina, entre el incendio de la Guerra de Sucesión de 1706 y el de 1808 en la Guerra de la Independencia, "hubo tres destrucciones y dos reconstrucciones".
Aunque la excavación arqueológica se ha dado por finalizada, las tareas de consolidación de los restos continuarán al menos durante dos semanas, así como la catalogación y estudio de las piezas rescatadas. Las labores de afianzamiento de las ruinas se han centrado en la conservación de los muros y estancias existentes. Se ha recuperado un muro de unos 25 metros que quedó a la intemperie en los años ochenta y que se estaba desmoronando y cubierto de vegetación.
Los técnicos han realizado un nuevo levantamiento topográfico y se han salvado unas antiguas cañerías y conducciones de agua confeccionadas en madera. Las originales se han extraído para formar parte de los fondos del Museo Provincial de Huesca y se colocarán unas réplicas con fines didácticos. También se ha aprovechado para sacar a la luz el empedrado de la iglesia que se descubrió en 1988 y comprobar así su estado de conservación. Está elaborado con cantos rodados y haciendo dibujos geométricos y florales.
Esta campaña arqueológica, que comenzó el pasado 7 de julio, ha sido financiado por el Gobierno aragonés y ejecutada por al empresa Sargantana S.L. La dirección general de Patrimonio también está en vías de solucionar los problemas de inundaciones que aparecieron a principios de verano, provocados por la colmatación con escombros de la balsa de contención y las canalizaciones que se adecuaron en 2005 para evitar la entrada de agua al recinto histórico.
La intervención, que se espera acometer antes de que el mal tiempo lo impida, consistirá en retirar los escombros y reconstruir el sistema de drenaje y canalización que ya existía. El lugar también se señalizará y se comunicará al Ayuntamiento de Aísa para que conozca su emplazamiento exacto e informe a los promotores de las nuevas actuaciones urbanísticas que puedan acometerse en los alrededores.
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