07 noviembre 2007

Las obras sacan a la luz cinco tumbas y valiosa documentación arquitectónica

Publicado en La Opinión de Zamora

Entre noviembre de 2006 y marzo de 2007 las obras en Santa María estuvieron complementadas por un seguimiento arqueológico tanto de la restauración de la sacristía como de los ábsides, que está acometiendo la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León.

En la valoración final del informe de los arqueólogos se destaca que los trabajos realizados han revelado una importante información de la iglesia que servirá para mejorar su recuperación.

De hecho, entre los hallazgos sobresale la documentación de la que pudo ser la cubierta original de los ábsides y el crucero del templo, realizada en piedra y que permanecía oculta bajo la teja y numerosas capas de hormigón y mortero. Si bien, esta documentación no se descubrió en los trabajos de restauración de la sacristía.

En el ámbito de la actuación financiada por la Junta de Castilla y León la actuación arqueológica estaba vinculada al saneamiento y reposición del pavimento de la sacristía de la iglesia. Estos trabajos se tuvieron que ampliar, ya que cuando se comenzó la limpieza del extradós de la bóveda de esta estancia, sobre los riñones de la misma salió a la luz un importante osario.

Éste fue documentado y reubicado al interior de las nuevas cámaras de la iglesia que a modo de armadura se realizaron en el mismo espacio. El osario, a juicio de los arqueólogos, probablemente proceda de la sala localizada al naciente de la sacristía, que actualmente acoge la caldera de la calefacción de la iglesia y no se sabe a ciencia cierta si la construcción de la misma o en alguna de las remodelaciones se trasladaron los restos óseos aparecidos en la cubierta de la sacristía.
Durante la excavación del solado de la sacristía para su drenaje y remodelación, se documentaron dos pavimentos, uno de baldosas de barro y otro inferior, más antiguo, de cantos rodados. Por debajo de estos pisos se hallaron cinco tumbas de inhumación, realizadas con lajas de diversos materiales que, probablemente, por sus características, salvo en el caso de la cuarta tumba, estuvieron cubiertas con lápidas monolíticas.

Dos de ellas se excavaron en su totalidad habiendo perdido el cierre superior quizá por su proximidad a la superficie. Los arqueólogos sospechan que se vieron afectadas por la construcción de los pavimentos mencionados.

Una tumba había perdido las lajas de los pies y otra la totalidad de su pared septentrional. Esta era única de la estructura funeraria que no se encontraba adosada al paramento de la iglesia.

Los enterramientos no aportaron demasiados datos para determinar su cronología. Las únicas referencias de datación que poseen los arqueólogos son los datos estratigráficos que aportó la actuación abordada al norte del muro de la sacristía por el gabinete Unoveinte en 2005.

Este hallazgo se produjo fuera de la iglesia y situó la necrópolis entre los siglos XIII y XV, abandonándose este espacio como zona de enterramientos a finales del siglo XV. Teniendo en cuenta que las tumbas reconocidas en el interior de la sacristía se encuentran en los niveles superiores, los arqueólogos creen que las tumbas podrían haberse realizado a finales de ese período.

Por último, los trabajos arqueológicos realizados han proporcionado un escaso conjunto de materiales. Componen una muestra formada por cinco piezas que proceden de la sacristía. La relación de hallazgos incluye parte de un plato esmaltado, un fondo de una producción engobada y dos elementos de hierro (una argolla y un clavo) y una olla micácea, en este caso hallada durante las tareas de seguimiento en la cubierta. Los cinco elementos no poseen demasiado valor arqueológico.

Con las obras de restauración de la sacristía y las cubiertas del ala norte completadas satisfactoriamente, la parroquia mira ahora hacia el ala sur, donde se localiza la capilla del Nazareno. La parroquia considera que una actuación como la realizada en la cubierta norte dejaría el monumento nacional en perfecto estado de recuperación.

La Junta de Castilla y León está valorando la posibilidad de actuar también en este ala y en realidad ya ha recibido solicitudes en este sentido. La Administración regional, que no ha dicho no a esta opción, podría afrontar este nuevo proyectos a corto o medio plazo.

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