Vía: Levante
El desmantelamiento del convento de San José de Valencia producido estos días ha eclipsado la importancia de una de las zonas más valiosas del complejo adquirido por la firma del empresario Francisco Roig para la construcción de un hotel de lujo.
Se trata de un importante y bello jardín ubicado junto a las instalaciones religiosas que ocupa una superficie al menos equivalente a la del propio convento de las Carmelitas. Al igual que el resto del edificio, el jardín posee un alto nivel de protección. No sólo por lo que apunta la última modificación de la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano, que lo considera Bien de Relevancia Local, sino porque está ubicado en un área que el Plan General de Ordenación Urbana de Valencia considera Bien de Interés Cultural y porque el conjunto goza del máximo nivel de protección municipal. Esta zona verde colinda con la de la Casa Museo Benlliure y en su momento estuvo anexionada a la del convento del Carmen por su parte trasera. El jardín es un gran desconocido, pero para los expertos se trata de una zona de altísimo y complicado valor arqueológico. Cuando se anunció la compra del convento de San José se difundió la idea de crear un aparcamiento. Aunque no existe confirmación, algunos indicios apuntan a que el mismo podría ser instalado bajo este jardín. Una idea similar barajó la Conselleria de Cultura en el supuesto antiguo jardín del Carmen, pero con la intención de crear un auditorio subterráneo. La conselleria, en el ultimo proyecto presentado ante el ayuntamiento para la ampliación del convento del Carmen como museo, desechó su idea de construir el auditorio por miedo a la aparición de importantes restos arqueológicos. Según algunos expertos consultados por este diario, el jardín oculta un valiosísimo complejo arqueológico. De hecho, los técnicos de la dirección general de Patrimonio advertían durante la visita de urgencia realizada el jueves cuando este diario denunció el desmantelamiento del convento de San José que «habrá que tener cuidado porque ahí hay algo» . El perímetro del convento, además, coincide con el trazado de una de las murallas que cerraban Valencia, por lo que actualmente es la calle Blanquerías. Durante las excavaciones realizadas con motivo de la rehabilitación del convento del Carmen aparecieron importantes restos arqueológicos que correspondían a un arrabal islámico. Estos restos tuvieron que ser conservados y son visibles desde las salas de exposiciones del espacio cultural del Carmen. Fuentes consultadas por este diario recordaban que históricamente «junto a todos los conventos siempre hay enterramientos», en referencia a que tanto los monjes y monjas como los nobles que colaboraban en el mantenimiento de los complejos religiosos eran enterrados junto a ellos. Prueba de ello son, por ejemplo, los restos que en su día aparecieron junto a las ruinas del antiguo Hospital General o de San Miguel de los Reyes, entre otros. Otras fuentes recordaban que este área correspondería históricamente a una zona arqueológica cristiana. «Habría que bajar ocho metros para llegar a la cota estéril» , aseguran.
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